〰Capítulo 4: El lobo mentiroso (2/2)〰

93 8 1
                                    

Mientras caminábamos a ciegas sin decir nada, Joshua se detuvo de golpe.

—¿Qué pasa?

—Eh, sabes. Me siento extraño, como si me faltara algo...

—¿faltarte qué?

—No lo sé. Y mi corazón está confundido por no saberlo.

Agarró mi manga con más fuerza. Me sorprendí al poner atención en mi manga, parece que ha sido sujetada tantas veces que comienza a aflojarse y desgastarse.

—Allen, ¿tú tienes algo que temas perder?— Preguntó Joshua de repente.

Tras haber perdido mis recuerdos y recuperar algunos, creo que tendría miedo de perderlos de nuevo. Sin embargo, no estoy seguro, porque realmente no sé si esos son realmente mis recuerdos. Al pensar en eso, una emoción desconocida comenzó a brotar en mí, poco a poco me hundía más en esa sensación y en mis pensamientos.

—Oh— Joshua pareció recordar algo —...Lo siento, Allen— se disculpó con tristeza.

—Está bien— Seguí caminando con Joshua detrás.

—Antes odiaba la oscuridad. Pero ahora, supongo que es algo tranquilizador... Así, no puedo ver nada, y nadie puede verme—murmuró con una voz inusualmente tranquila y débil.

Mientras me preguntaba cómo responder, mis manos chocaron con algo frente a mí. Al tocarlo un poco, lo identifiqué como una pared. Tras seguirla por un rato, llegué hasta otra cosa, creo que es una puerta.

—...¿Vas a entrar?

La voz repentina a mis espaldas me sobresaltó. El sudor empezó a recorrer mi cuerpo.

—...¿Por qué no lo haría?

—Solo... no sé, tengo un mal presentimiento. No es tanto que no quiera entrar, pero tampoco quiero que tú entres... realmente no lo sé pero... ¿Vas a entrar?—preguntó de nuevo.

De repente lo comprendí, yo sé con certeza lo que hay tras esa puerta. ¿Aun sabiendo eso, voy a abrirla?

—Si vas a entrar Allen, está bien—dijo dejándome a mí decidir. Las emociones que he recuperado resultaron ser como grilletes, que ahora mismo minan mi voluntad para girar el pomo.

...¿Por qué tengo que sentirme así?

¡Entonces te ayudaré!

—¿Eh?

Al escuchar esa voz, alguien me empujó. Al mismo tiempo, se abrió el pomo de la puerta y fuimos succionados hacia la habitación. Caímos hacia adelante, Joshua aterrizó encima de mí. La habitación era un poco más luminosa que donde acabábamos de estar.

—Auch... Deberías haberme avisado que ibas a abrirla, todo...— Su objeción fue interrumpida.

Sentí que algo andaba mal, así que empujé a Joshua lejos de mi y me incorporé. Aunque lo empujé con fuerza, él continuó mirando hacia arriba, estupefacto, y temblando.

Seguí su mirada hasta encontrar un gran objeto parecido a una muñeca que colgaba del techo. Aunque no había viento, el cuerpo se balanceaba lentamente hacia adelante y hacia atrás.

—¿Click?... ¡Clack!

Escuché otra voz cerca, una voz distinta a la de Joshua. Sí, la misma voz que escuché antes de ser empujado aquí. Nadie más que el Gato de Cheshire podría emitir esa fastidiosa voz.

—Hey, ¿qué estás haciendo aquí? ¡¿No te dijeron que te alejaras de aquí, Alice?!— le recordó el Gato a Joshua con una sonrisa detestable. Pero él no mostró ninguna reacción a sus palabras, solo miraba hacia arriba temblando.

—Oye, ¿estás durmiendo?... ¿Qué, tienes tanta curiosidad por la muñeca que cuelga allí?

Joshua finalmente respondió mientras el gato de Cheshire persistía.

—¿Eh? Esa no es una muñeca... esa es mamá. Esta es la habitación de mamá. Espera... ¡No, eso está mal, mal, mal! Esa no es mamá...— Se puso pálido, su expresión se deformó en una que nunca había visto.

—...¿Esa muñeco colgante es su madre?

—¿Hmm? Parece que esta Alice ve algo diferente...

—¡N-No, no, no!... Mamá no tiene esos ojos...

—¿Ohh? Bueno, entonces... ¿cuáles ojos?... Anda, dímelo, ¿por qué no lo haces?— El gato de Cheshire se acercó a Joshua y extendió los brazos.

Instantáneamente, ojos humanos de varios colores se abrieron por toda la habitación, en las paredes, en los muebles, todos mirándonos. No pude evitar gritar ante esa acción repentina.

— ¡¡!! ¡¡Esa no puede ser mamá!!... Tiene que ser... quiero decir, lo que estaba en el aire, no era... ¡Hey, Allen!— Joshua me agarró del brazo con fuerza. —Esto está mal, ¿si? No está bien...

Mientras Joshua me miraba con sus ojos consumidos por la desesperación, su rostro comenzó a ennegrecerse, desmoronándose como barro. El barro cayó manchando su ropa. Solo pude sacudir la cabeza con terror ante la escena que estaba presenciando.

—¿Por qué... estás mirándome de esa forma? ¿Por qué... Tuve que ver esto...?

—Bueno ¿De qué se trata esto, Alice? Dices todas esas mentiras para llamar la atención, y esto es lo que obtienes, todo esto es tu culpa se mire por donde se mire. Y créeme, desviándote por el camino del "Si tan solo..." no obtendrás nada, es solo una pérdida de tiempo.

Al ver a Joshua derrumbarse, los ojos del gato de Cheshire se entrecerraron aún más con alegría. Verlo así me provocó un gran disgusto, pero a la vez pude sentir algo cercano a la ira. 

Alice mare-novela ligera (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora