°34°

792 129 102
                                    


Por alguna razón, suelto una risita. A lo mejor es porque todavía no puedo controlar el latido feliz en mi corazón. A lo mejor es porque sigo estando tan enfadado con mi madre por todos los secretos que he estado ocultandome qué verla enfadada conmigo me provoca algo de satisfacción. O a lo mejor es porque no tengo ni idea de que decir. Sea cual sea el caso, la risita suena extraña en una noche por lo demás tranquila.

-Hola.

Mi madre mira a Reaper, empezando por su pelo recién cortado y acabando en sus zapatos caros. Después, su mirada desdeñosa vuelve hacia mí.

-Nos vemos en casa.

Y tras eso, se marcha. Me muerdo los labios para contener la risa. Cuando doble la esquina, me tumbo otra vez y bajó a Reaper conmigo. Lo beso, pero el se resiste.

-Geno, espera.

-¿Que?

-¿No sabe nada de lo nuestro?

-Eso ya lo sabías.

-No, no lo sabía. -Se mueve para acomodarse en su sitio-Pensaba que después de haberme presentado a ella se lo habrías dicho.

Me siento fatal. Eso era exactamente lo que se suponía que tenía que hacer. Lo que iba a obligarme a hacer antes de que escuchara el maldito mensaje en el contestador.

-¿Por qué ibas a pensar eso? Fingí que no te conocía.

-Pensaba qué estabas de broma. Pensaba que...

Esta noche no se me está dando muy bien lo de hacer que Reaper se sienta especial. Subo los dedos por su muñeca, y después junto las palmas de nuestras manos.

-Lo siento. Mi madre tiene un historial que le ha hecho un poco de daño. Iba a decírselo, pero entonces pasó todo. Se lo contaré.

-Creo que acabas de hacerlo. -Suelto una risita, y una de las comisuras de su boca se eleva en una media sonrisa-. Entonces, ¿La panadería de Ccino está abierta ahora? Vamos a comer.

~~ • ~~ • ~~

Reaper se apoya sobre su coche, lamiéndose los últimos restos de magdalena de los dedos.

-No sabía que te llevaras tan bien con Ccino. Todo eso de la llamada secreta a la puerta de atrás después de cerrar... Podrías habermelo contado hace meses.

-No comparto las pocas ventajas que tengo.

Tiro la bolsa de papel vacía a una de las papeleras que hay en nuestra calle. Cuando me giro otra vez para mirarlo, Reaper me atrae hacia él y yo suelto un gritito de sorpresa.

Entierra la cara en la curva de mi cuello.

-Debería irme. Mi madre está esperando pacientemente para gritarme. Será mejor que acabe con esto.

-¿Va a parecerle bien? ¿Lo nuestro?

Su voz suena amortiguada contra mi cuello.

Recorro su pelo con los dedos y sonrío.

-Estara bien en cuanto te conozca. O sea, ¿Cómo podría no gustarle Reaper Renrink?

-Eso es cierto.

Me besa una vez y después me suelta.

Comienzo a alejarme, pero entonces me giro. Esta reclinado contra su coche observándome mientras me marcho, con una sonrisa dulce en la cara. Tropiezo, pero enseguida recupero el equilibrio con una risita.

-Pásalo bien en Florida.

~~ • ~~ • ~~

La tienda de muñecas se encuentra a oscuras, pero la escalera de la parte de atrás está iluminada. Respiró hondo y camino hacia ella con lentitud, nada preparado para enfrentarme a la furia que había visto ardiendo en los ojos de mi madre. Estoy demasiado feliz, y no quiero que me arruine el subidón después de los besos. A lo mejor está dormida. A lo mejor todo esto se queda en nada. Me río de mí mismo. Eso no va a pasar jamás.

La distancia entre tú y yo [afterdeath]Where stories live. Discover now