❄️27-Veintisiete_Parte dos🎄

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La tarde de noche buena llega con su típico aire de nostalgia y alegría para mí gusto. Admito que éstas fechas como a la mayoría de las personas me emociona y apasiona. No lo hago por el hecho de los regalos y así; por la verdadera historia que significa. El salvador que nació en Belén de Judea.

Mi hermana prepara su delicioso ponche de frutas que tanto me gusta, el olor de las frutas y el caramelo inunda mis fosas nasales. La veo recogerse su melena negra y limpiarse las manos con un trapo de cocina.

—Para nada, debes estar muy cansada... yo me ocupo de todo— habla de la nada, mueve el líquido color rojo por la rosa jamaica. La verdad es que solo la he ayudado a picar la piña y me he quedado sentada en la silla bien cómoda con el celular en las manos y ya.

—¿Ah?— emito fingiendo desorientación  —Tampoco te iba a ayudar. Además que ya terminarás—  señalo y hago una mueca.

Ella se gira sobre sus talones y me fulmina con sus ojos color marrón. Ahora que la veo (no es que no lo haya notado) nos parecemos mucho. Solo físicamente, porque mi querida hermana tiene todo el carácter de mi padre a lo contrario de Brad y yo. Somos un poco calmados como mi madre.

—Muérete—  espeta y río.

—Maya, ¿Tú tienes  novio o novia?— inquiero olvidando el celular y concentrándome en mi hermana. Nunca oigo que mencione una relación con alguien y me es  extraño, siendo mujer u hombre no me importa.

—¿Y eso...? ¿a qué se debe?— responde con otra pregunta.

—Lo normal; sabemos que Brad ha tenido  sus relaciones y que ahora está con una cría igual que yo. Yo... no tengo novio pero tú sabes que he tenido sexo pocas veces— comento. Sorbe el líquido.

—Cierto, creo que mi vida personal no importa. Ah, y para que lo sepas me gustan los chicos.

Río por su comentario. Apaga la estufa y se sienta frente a mí con una sonrisa que nunca había visto. Es una mezcla entre diversión y burla. Hundo las cejas confundida.

—Nunca he tenido novio. Jamás he tenido sexo. Estoy soltera y alegre— Stop. ¿Qué fue lo que ha dicho mi hermana?.

—Significa que...

—Que aún soy virgen y así estoy bien. No me interesa que crean que soy una monja, no voy a negar el hecho que hay algunos chicos que me molestan pero yo los aparto. Aún no he despertado el instinto sexual— explica.

Ah, no puede ser. Yo que soy más pequeña que ella he tenido máximo unos cuatro encuentros, que ya tú sabes y ahora ella. No lo puedo creer, mi hermana de veinte años está más sellada que los fármacos. ¡Qué me da algo!

Ella parece notar mi confusión ya que suelta una risita burlona, una que no puedo interpretar bien, tiene algo de picardía, no entiendo si es por ella o por mí, igual, ríe. Se levanta de  su lugar para sacar una jarra con agua fría del refrigerador sirve un vaso y apoya su cadera en la barra de la cocina.

—Mientes— trato de darme explicaciones.

Niega y bebe.

—Nunca lo sabrás, puede que sí o puede que no.  Cuando hablo con mis hermanos soy lo más sincera que puedo. Jamás les he mentido y lo sabes. Pero esta vez te dejaré con la duda— se quita el mandil de la cintura y comienza a lavar los trastes sucios.

—Vaya, creo que debí ser igual que tú. El cerebro me acaba de explotar...— antes de seguir me interrumpe.

—Claro que no. Cada uno tiene su propia forma de vivir y si intentas ser igual que los demás ¿Para qué tienes tu propia vida?. Se supone que vivimos para equivocarnos, disfrutar y aprender no para ser iguales. Odio las imitaciones...

Amistades RotasWhere stories live. Discover now