¿Cómo termina la mejor agente encubierto y criminal más buscada atada de pies y manos en el 221B Baker Street en Londres? Y como cereza adornando el pastel, el maldito Sherlock Holmes apuntando a la cabeza con un arma. - A ver, otra vez - dijo con calma fingida - ¿Quién eres? Esta vez quiero la verdad. - Me llamo Damara Johnson, soy empleada del gobierno, ya lo dije. - escupí las sangre de mi boca - ¿Para quién trabajas? ¿Moriarty acaso? - dijo acercándose peligrosamente hacia mí. - ¿Moriarty está haciendo esto, Sherlock? - preguntó John un poco preocupado y confundido. Sherlock no contestó solo le lanzó una mirada triste. Él... no lo sabía. - Ni siquiera sé quién es Moriarty. - dije mientras disimuladamente intentaba quitar las sogas de mis manos. La paciencia del detective se acababa poco a poco y mi negativa a decir la verdad sería, prontamente, un detonante a su ira.