Capítulo 28.

5.1K 364 18
                                    

Capítulo 28.

Al lado del salón había un pequeño pasillo que conducía a un par de habitaciones.

Calum me dio un suave toque en el hombro, giré mi cabeza y me encontré a unas veinte personas mirándome fijamente todos parecidos a Alex y a Calum, se notaban que eran familia.

La figura de Alex aparece de entre toda la multitud y se coloca a mi lado. Todos sus parientes lo estudian con la mirada como si haciendo eso estuviera provocando un gigantesco conflicto.

Calum carraspeo y todos guardan silencio.

- Es Charlotte, mi novia. – Dice con la voz llena de determinación, un poco tensa. Parecía que había acabado de soltar la bomba de fucusima. 

Todos en el salón comienzan a mascullar y Alex se tensa al oír lo que ha dicho.

Una figura arrugada sale de entra la multitud.

Claro, pensé con sarcasmo, si la abuelita no se une no hay fiesta.

Todos en la familia volvieron a guardar silencio, parece que era una figura muy venerada allí. Aunque con ese bastón que utiliza como bate de béisbol no me extraña.

- Tonta humana. – Dijo refiriéndose a mí, obvio. – Si quieres seguir saliendo con el alfa tendrás que pasar por el rito de cachilipúchili y después a votación.

¿Cachilipúchili?, ¿Acaso esa palabra existía? 

Por favor que alguien le de un diccionario hasta señora, que se le está llendo la olla.

El semblante de Calum estaba completamente blanco, pero enseguida recobró la compostura y frunció el ceño.

- Lo de la votación te los has inventado abuela.

La señora mayor frunció el ceño y golpeó a su nieto con su bastón en la nuca. Calum tocó la zona afectada e hizo una mueca.

Con esa señora no se podía meter nadie.

- Me inventaré lo que yo quiera, y pienso elegir al miembro más fuerte de la manada para el ritual Cachilipúchili.

Alex tensó la mandíbula y cerró los puños.

- No tienes derecho. – Gritó encolérico. – Ella no es una de nosotros no puedes pedirle eso.

Su abuela frunció el ceño.

- Ahora que está emparejada con Calum claro que es una de nosotros.

Alcé una ceja, ¿Primero soy rechazada y ahora un ritual?, ¿Pero a esta señora qué le pasa?

- No pienso permitir eso. – Salió en mi defensa Calum. – Soy el alfa y mando.

La mujer mayor negó con la cabeza varias veces.

- No serás el alfa hasta que te busques una alge decente. – Me señaló con desprecio. – O que la estúpida humana haga el ritual.

Calum temblaba de la ira, sus ojos chispeaban y parecía que se iba a convertir en un hombre lobo e iba a arrasar la habitación. 

Mejor no, pensé, me gustaba la casa.

- Un gran alfa nunca deja llevarse por las emociones. – Dijo su abuela advirtiéndole.

Of, cada vez odiaba más a esa señora.

- Haré lo que me de la gana. – Agarró mi brazo y me arrastró fuera de la casa.

Nos paramos delante de su coche.

- ¿Qué es eso del ritual Cachilipúchili? –Pregunté confundida.

Suspiró y pasó su mano por su corto cabello antes de contestarme.

- Tienen que elegir un contrincante de la manada para que luche contra ti, si ganas eres lo suficientemente buena, y sino pues serías echada de la manada, pero como eso no puede ser así, imagino que e prohibirán hablar con cualquier hombre lobo.

Procesé sus palabras, y se me formó un nudo en la garganta al imaginar no volver a ver a Calum o a Alex.

No podía permitirlo, y si tenía que enfrentarme a alguien o hacer una mierda de ritual lo haría.

- Lo haré. – Dije con determinación.

Él negó con la cabeza como si hubiera icho una locura.

- Jamás conseguirás vencer a un hombre lobo.

Cuanto me apoya y me anima, claro sarcasmo.

- Me enseñarás a combatir.

Una carcajada salió del fondo de su garganta.

- No lo conseguirás.

Pues yo lo veía posible, que el no creyera en mí era otra cosa.

Me enfurruñé, sino lo quería hacer él, lo haría otra persona, y sabía perfectamente quien lo haría, Alex, y él creería en mí como buen amigo.

Llegué a mi habitación y me tiré en la cama, había sido un día agotador, pero aún me quedaba llamar a Alex y contarle el plan.

Cogí el móvil de la mesa y busqué a contactos a Alex, si sé que vive en la casa de al lado, pero da pereza ir hasta ahí, parte de que no quiero ver a Calum, no estoy enfadada con él, simplemente no quiero que se entere.

Después de tres pitidos Alex me coge el teléfono.

Llamada telefónica.

- ¿Sí? – Pregunta Alex.

- Soy yo Charlotte, me preguntaba si podía venir a mi casa.

- Claro, en cinco minutos te veo. Chao.

- Chao.

Fin de la llamada telefónica.

Volví a dejar el teléfono sobre la mesa. Mientras me cambiaba para esperar a Alex.

Llamaron a la puerta, tenía una sonrisa en su cara y me abrazó en sus amplios brazos. Su nariz se colocó en mi pelo e inspiró fuertemente.

Me separé de él con una sonrisa nerviosa, no sé que se creía este.

- ¿Y para qué me has traído aquí? - Preguntó olfateando un mueble.

Si no paraba de hacer eso le iba a echar de mi casa por comportarse como un perro. Solo le faltaba mear en un cojín, como lo hiciera se iba a llevar una colleja en toda la nuca.

- Pues… yo quería que me entrenaras.

Alzó una ceja, vaya parecía que no se lo esperaba, ¿Y qué esperaba el tonto este?

- ¿Para qué?, No doy clases de sexo.

Mis mejillas se tiñeron de rojo, ¿Pero a este que le pasaba? No pensaba tener sexo con él, aparte de que si lo quisiera tener, tengo un hermoso novio que seguro que me lo proporcionaría.

- No me refiero a eso, a entrenar para poder ganar en el rito Cachilipúchili.

Sus ojos se abren como platos y boquea como un pequeño pez fuera del agua.

- No puedo. – Dice con determinación.

Se intenta ir de la casa pero le agarro del brazo, es mi única esperanza para ganar el Cachilipúchili y no la dejaría escapar por muy cabezota que se pusiera.

- Joder, que te he dicho que no. – Dice intentando separarse de mi agarre.

Me empuja levemente, pero antes de que pueda poner un paso en la calle, me agarro a su pierna como una koala mis piernas y mis brazos rodeando su pierna.

La intentó mover pero no iba a dejar que se fuera de mi casa... 

............................ 

Nuevo capítulo. 

¿Les gustó la técnica del koala?, ¿Qué pasará? 

Hasta el próximo capítulo.

Mi vecino es un hombre loboOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz