Mi vecino es un hombre lobo

Capítulo 16

Capítulo 16.

Cuando aparece Daniel de la nada.

- Llegaste tarde. – Dice divertido.

Le saco el dedo corazón, ya que no me apetece ni hablarle.

- Sobre lo del otro día. – Dice rascándose la cabeza. – Es importante que te reunas conmigo y con mis hermanos.

¿Hermanos?, Creía que Daniel era hijo único.

Frunzo el ceño, no entiendo absolutamente nada, pero ahora mismo no tengo curiosidad sobre el tema.

- Mis hermanos y yo, estaremos encantados de que te libres de esos perros sarnosos. – Dice con una sonrisa llena de malicia.

Me estremezco y salgo corriendo.

Llego hasta una esquina y me escondo en un callejón donde solo hay un pequeño contenedor de basura y una caja de cartón.No lo veo así que salgo y me encuentro a Jake que llega a mí corriendo.

- ¿Has hablado con Daniel? – Pregunta con preocupación.

Niego con la cabeza.

- He huido de él.

- Bajo ningún concepto oigas todas las patrañas que dice.

Se quedó pensativo durante unos instantes.

- ¿Tú no deberías estar en el instituto? – Preguntó.

Asentí con la cabeza avergonzada.

- Llegué tarde y no me dejaron pasar. – Dije mirando al suelo.

Cogió mi mentón y lo levantó para que lo mirara a los ojos.

- Vamos a ver que podemos hacer el resto del día. – Dijo con una sonrisa y me guiñó un ojo.

Su sonrisa era contagiosa así que al final sonreí.

- Te llevaré a un lugar precioso. – Comentó con los ojos brillando de la emoción, seguramente le hacía mucha ilusión llevar alguien ahí.

- ¿Quieres montarte en mi espalda? - Preguntó mientras se agachaba.

El recuerdo de estar en la espalda de Calum hizo que me entraran ganas de vomitar, así que recliné su oferta.

Se encogió de hombros y me agarró del brazo para arrastrarme hasta un Audi blanco.

- Pues iremos en coche.

Me abrió la puerta y yo me senté en el asiento del copiloto.

- ¿Para que queréis coches si podéis ir tan rápidos como ellos? - Pregunté mientras él conducía.

- ¿Te parecería normal viendo a una persona o un lobo a esa velocidad? – Preguntó. – Aparte de que me encantan los coches.

Miré al coche, la verdad era bonito y estaba bien cuidado.

Aparcó en frente de la casa de madera y bajó rápidamente para bajar del coche y abrirme la puerta.

Salí de el coche y me coloqué a su lado.

Una mujer mayor me miraba mal, y eso no me gustaba para nada.

- Tonterías, no le hagas caso. – Susurró Jake en mi oído sonriéndome de forma tranquilizadora.

Asentí con la cabeza.

- A partir de aquí señorita no hay camino para coche. – Informó. – Te tendrás que subir a mi espalda.

- Me mareo. – Comenté.

Se rió y me cogió la mano.

Me sonrojé.