Capítulo 30

5K 333 9
                                    

Capítulo 30.

Me encontré a Alex y a Rachel jugando con mi perro, parecía que en general Esmeralda amaba a todos los hombres lobos. Sí, pero no a mí.

Sus miradas se posaron en mí y me escanearon de arriba a abajo como si fuera una pequeña presa. 

Uff, que mal rollo.

- ¿Preparada para entrenar? - Preguntó Alex.

Asentí con la cabeza.

Uff, todo lo tranquila que había estado, de eso no quedaba nada ,ahora solo nervios y ansiedad.

Rachel pareció notarlo y me sonrió afablemente y se acercó para darme dos besos en las mejillas.

- Me lo contaron todo. – Me miró a los ojos. – Creo que eres muy valiente.

- Gracias. – Sonreí.

Me estaba cayendo muy bien la hermana de Calum, parecía amable e increíblemente encantadora y la única persona que de verdad parecía apoyarme. 

Alex puso los ojos blancos, parecía que las cosas femeninas le ponían de los nervios.

- Venga, empezamos. - Hizo un gesto con su brazo en el aire.

Hizo una seña a Rachel para que se alejara un poco de mí. Ella agachó su cuerpo levemente y tomó varias respiraciones profundas.

Arañó la hierba haciendo que se levantara levemente la tierra.

En pocos segundos una loba de color claro estaba en mi jardín. Se acercó a Alex y a mí.

Su pelo parecía sedoso e increíblemente suave, así que con algo de temor extendí la mano y acaricié su cuello suavemente. Si, era claramente una de las cosas más suave que había tocado jamás, increíblemente mullido.

Me fijé en Alex, que fruncía los labios, claramente  molesto.

- Esto es para entrenar, no para que Rachel sea tu peluche.

Aparté la mano avergonzada.

Rachel mordisqueó suavemente la pierna de Alex, haciendo ver que no estaba de acuerdo con él. Alex golpeó su cabeza y Rachel gimió suavemente mientras se retiraba lentamente de su lado.

Alex hizo un círculo en el suelo con una palo, como si fueran marcas para los marcianos.

Mi madre me iba a matar cuando viera eso.

Dibujó una línea en el medio del círculo, como cuando lo dibujó en el papel el anterior día cuando estuvo en mi casa.

Nos posicionó a cada una en cada lado, me sentía estúpida, y ahora podía ver que en realidad tenía cero posibilidades de ganar.

Antes de que me diera cuenta la boca de Rachel hacía una leve presión sobre mi pantorrilla. Pegué un pequeño gritito y Rachel apartó su boca.

Alex soltó un suspiro y pasó su mano por su corto pelo.

- Joder, pero haz algo. – Gritó.

¿Qué quería que hiciera? No tenía ni idea de que hacer ni como reaccionar ante un ataque tan rápido e inesperado.

Alex se acercó a nosotras y tocó la pata derecha de Rachel que no opuso resistencia.

- La parte de atrás de los lobos se tensan cuando van a atacar así puedes predecir sus ataques.

Me fijé en la pata que agarraba Alex, se tensaba y se destensaba adrede para que pudiera como leer los movimientos del lobo.

Me intentaba fijar al máximo, pero apenas se notaba.

Mi vecino es un hombre loboWhere stories live. Discover now