Capítulo 33.

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Capítulo 33.

Toqué mi cuello, e hice una mueca de dolor, una costra recorría prácticamente toda la piel y la superficie rugosa hacía que quisiera volver a llorar y  volver a poner mi cara sobre las almohadas y poder gritar de frustración.

Miré el reloj, apenas quedaba una hora para el ritual del Cachilipúchili y me debatía entre si ir o no.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando golpearon fuertemente la ventana de mi habitación desde el exterior de la casa. Fruncí el ceño.

Giré mi cabeza y me encontré con la penetrante mirada de Calum fija en mi cuello, en mi costra.

Me levanté de la cama y los recuerdos comenzaron a aporrear mi cabeza. Su boca sobre mi cuello, sus dientes clavándose en mi cuello sin ninguna compasión alguna.

Con los ojos escociéndome cerré las cortinas, pero los golpes no cesaron.

Después de cinco minutos volvió el silencio al lugar. Pero las imágenes seguían atrapándome y no me dejaban salir.

La puerta de mi habitación salió volando casi a un lado mientras que la figura de Calum se acercaba rápidamente a mí.

- ¡Tienes qué dejarme que me explique! – Gritó.

Negué con la cabeza, la voz se había esfumado a una cueva muy lejana de aquí.

Sus ojos suplicaban que le dejara explicarse.

Jaloneó su cabello.

- No sé que me pasó, me descontrolé, cuando os vi juntos pensé que os ibais a…besar. - Las palabras salieron atrompicones de su boca.

Negué con la cabeza, aunque no estaba segura si eso hubiera sucedido antes de que entrara y se comportara como un vampiro sicópata.

Eso no me parecía suficiente excusa, joder, me prodría haber muerto y desangrado.

- Hoy es el ritual del Cachilipúchili. – Balbuceó.

Asentí con la cabeza, con expresión neutra e indiferente.

- Alex me dijo que te estabas preparando para él.

Apreté los puños, ¿Estaba tonto Alex o qué?

Miré su expresión, no había enfado, más bien una pizca de ilusión brillaba en el fondo de sus ojos negros.

Sí había entrenado pero no pensaba participar, ¿O sí?

Si no participaba significaba que tampoco podría ver a Alex jamás ni acercarme a ninguno de ellos, ¿Quería eso?, ¿Quería de verdad eso?, ¿Iba a dar mi vida por ello?

La respuesta salió inconscientemente del fondo de mi mente, sí, arriesgaría mi vida.

- Voy para allá.

Me acerqué a la puerta e intenté atravesar la habitación. Su mano se posó sobre mi hombro. Retrocedí y le fulminé con la mirada.

- No lo hago por ti. – Susurré.

Sus ojos expresaron el dolor que le hacían mis palabras, como si cada sílaba fuera un golpe para su corazón.

Su mirada intenta encontrar la mía, pero la esquivo salgo rápidamente de la habitación.

En cuanto traspaso el umbral de la puerta siento que un peso se me quita de los hombros, he estado muy tensa desde que me mordió Calum.

Miré fijamente el coche de mis padres, ¿Cómo mierda iba a llegar hasta el poblado de los hombres lobo sin un coche?

Me fijé en las llaves colocadas sobre la mesa y las miré con duda, no sabía que hacer. Parecía que decían mi nombre.

Agarré las llaves y salí corriendo. Sí, joder, sabía algo e conducir, y esperaba que eso tan poco que sabía me sirviera de algo.

Cogí las llaves y apreté un botón haciendo que el coche brillara y sus puertas se abrieran.

Me acomodé en el asiento del conductor, joder, que adrenalina.

Arranqué y a los cinco minutos ya estaba intentando exprimirme el cerebro intentando recordar la ruta que utilizaron las pocas veces que fui.

Seguí conduciendo, mis manos manejaban el volante solas sin que les dijera nada, como si en mi cerebro tuviera implantado un mapa.

Me metí rápidamente por un camino de tierra, botaba sobre el asiento, joder, ¿Por qué me había metido por aquí?, Me iba a cargar el coche.

Frustrada por mi elección golpeé el volante.

Mis manos dieron la vuelta al volante y acabé en un claro, el claro Jake, puto sitio, ya me estaba cansando.

Con el coche prácticamente intacto avancé hasta un lado y salí de él. El fresco viento me golpeó fuerte haciendo que casi volviera a caer en el coche.

Calum salió de un lado más que cabreado.

- Joder, ¿Por qué mierdas estás aquí? Te dije que no.

Pasé de él y le golpeé con mi hombro haciendo que gruñera en mi oído.

Alex estaba al final del claro cruzado de brazo, también con actitud reporbatoria, joder que me dejen elegir de una vez.

El claro se fue llenando de gente, que formaban un perfecto y proporcionado círculo.

La abuela de Calum salió de entre la multitud agarrada un muchacho joven y de rasgos parecidos a Alex que se notaba claramente nervioso.

El joven no llevaba camiseta y tenía pintada una marca negra en el cuello que parecía el rastro de una garra de un lobo.

Una señora con una bote con las manos negras se acerca a mí y marca mi cara pasando su mano, Uff que asco, espero que esa mierda se vaya con agua.

Me empujan al centro del círculo formado por la personas que nos miraban expectantes. Joder, si quieren entretenimiento que se vayan al cine, que esto no es un espectáculo.

La abuela cuenta hasta cinco y ante mí aparece un lobo de color grisáceo enseñándome sus afilados colmillos.

Me eché para atrás, pero me empujaron al centro. Como pille quien a sido lo voy a despellejar vivo.

Antes de que pudiera hacer nada ,su zarpa cruzaba mi brazo dejando una herida supurando sangre a su paso.

El escozor del brazo comenzó a hacer mella en mi cuerpo. Su zarpa arañó mi otro brazo. Comencé a ver borroso.

Una zarpa se aproximaba a mi cara pero un cuerpo paró su trayectoria antes de que me desmayara sobre el suelo.

Abrí los ojos, me dolía la cabeza, pero sobretodo me dolían los brazos.

Joder, ¿Qué me pasaba en los brazos? Los recuerdos de aquel joven arañándome aparecieron en mi mente y me estremecí.

Unos brazos me rodearon y visualicé la figura de mi madre a mi lado.

- Ya nos contaron lo que pasó.

Claro, pensé sarcástica, les habían dicho que me había atacado un hombre lobo por un estúpido ritual que tenían ellos.

Una mirada me quemaba. Giré la cabeza en esa dirección, Calum tenía una cicatriz que cruzaba su cara, uno de sus ojos estaba de color gris y la marca de la zarpa marcaba su rostro.

Tuve ganas de llorar, por mi tontería habían marcado para siempre el rostro de Calum, miré a otro lado cuando….

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Nuevo capítulo. 

¿Qué dirá la manada de Calum?, ¿Qué pasará? 

Hasta el próximo capítulo.

Mi vecino es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora