Capítulo 38.

4.5K 313 10
                                    

Capítulo 38.

Miro al vacío, al jardín, siento un vacío en el corazón, se suponía que me tenía que apoyar y ha huido, como si tuviera la peste, no lo comprendo, ¿Qué he hecho? No le insultado.

Puedo diferenciar su figura mientras se acerca a su casa.

Han pasado dos días desde que vi a algún hombre lobo, sí, ni Calum, no Alex, ni nadie de su clan han aparecido por la zona. Me estoy muriendo lentamente, sé que les pasa algo, y que por eso no les he visto. Estoy planeando ir a donde vive la manada, sí, es un plan loco. Lo sé, pero ya no sé que hacer para poder ver a Calum y saber que está bien y no ha sido atacado por el loco de Daniel.

Suspiro y bajo las escaleras de la casa rápidamente, llego al salón y miro donde se encuentran las llaves del salón, las agarro y me abro el coche, compruebo que mis padres no están a los alrededores y lo arranco rápidamente, pisando el acelerador con fuerza y metiéndome directa en la carretera. Conduzco durante media hora mientras hago memoria del camino.

He llegado a las pequeñas chozas de madera de la entrada del poblado, aparco el coche y bajo de él, no hay nadie en las calles, y eso me extraña. Me voy asomando a cada una de las casas para ver si hay alguna señal de vida, ninguna.

De repente oigo un ruido y giro mi cuerpo para ver de donde proviene. Alex se encuentra al lado mío y me mira como si fuera real mientras frunce el ceño extrañado de que me encuentre aquí. No dice nada ni se acerca, así que muevo el pie nerviosamente y le saludo tímidamente. Después de unos minutos de silencio se acerca dando unas cuantas zancadas rápidas, sigue con el ceño fruncido.

-No deberías estar aquí. — Dice cortante.

Wow, que buen recibimiento de su parte, sarcasmo, creo que ha tirado su educación por el suelo.

Me cruzo de brazos, encima que me preocupo por ellos y vengo aquí, así me lo pagan, básicamente echándome del lugar.

- Vine para ver como estabais. — Susurro.

Su gesto se suaviza pero sigue viéndose enfadado.

- No hay mucho que contar. — Se encoge de hombros y mueve la tierra con su pie.

Sé que miente, no pueden haber desaparecido dos días así como así, tiene que pasar algo importante en la manada.

- Sé lo de la sangre. — Es la única forma de que me cuente algo.

Se tensa y me mira con intensidad, su expresión emana dolor, sus puños se aprietan y sé que le gustaría preguntarme como sé eso, pero no lo va a hacer.

- Las muertes son imparables. — Mira hacia el bosque mientras cambia su expresión a indescifrable. — Nos atacan cuando estamos solos y nos acorralan, nos matan y los secan de su sangre, hasta la última gota, después dejan sus pieles en el suelo como mofa de nuestra especie.

Le miro horrorizada, sabía que Daniel estaba como una chota, pero no tanto.

- Están comenzando a mutar. — Sigue sin mirarme. - Pueden meterse en los sueños, oír mejor y son más veloces, pero sin cambiar de forma, son como...vampiros. — Suspira.

Se ha quedado en silencio después de decir esa palabra en voz baja, sé que no quiere hablar de ello, le causa dolor y no quiere que lo sepa una humana como yo.

- Si pudiéramos conseguir información podríamos matarles.

Mi mente comienza a trabajar, ellos no podrían infiltrarse pero yo sí, es perfecto, sonrío.

Alex me mira extrañado porque sonría, y creo que está ofendido que me lo tome tan a la ligera cuando sus amigos y familiares mueren a manos de unos locos.

- Voy a ayudaros. — Digo con voz determinante.

Me mira primero con confusión y luego suelta unas carcajadas al aire, en el fondo me siento mal, me está menospreciando. Le envío una mirada envenenada y le saco el dedo corazón, lo que hace que ría más fuerte y que yo ponga los ojos en blanco.

- Me pienso infiltrar entre ellos para conseguiros información. — Mi voz suena un poco menos decidida después de la risa de Alex, pero igualmente es determinante.

- No podrás. — Dice decidido.

Mi corazón se encoge, no me gusta que crean que no soy capaz, que no puedo hacerlo o que soy una inútil, lo haré y se lo demostraré a él.

- Eso se tiene que votar, aparte.

Suelto una carcajada llena de sarcasmo, no soy ninguna de ellos puedo hacer lo que me de la real gana, para ponerme obstáculos sí, pero para dejarme ser pareja de Calum no. Que se vayan un poco la mierda.

Le miro alzando una ceja y niego con la cabeza. Él silba y rápidamente aparecen un montón de lobos, busco con mi mirada y lo encuentro, Calum, su pelaje rojizo brilla al Sol y sus ojos negros me miran con intensidad.

Un lobo de color castaño se acerca a mí mientras me enseña los dientes, parece que no le ha caído demasiado bien.

Calum se pone en el medio, interponiéndose en su camino y gruñe al otro lobo, el otro retrocede lentamente pero sigue gruñendo en un tono leve.

Al segundo un montón de gente se encuentra desnuda a mi alrededor, me pongo roja y me tapo los ojos mientras oigo las risas de algunos, genial, ahora soy el hazmerreír de la manada.

Unas manos destapan mis ojos y me encuentro a Calum mirándome con intensidad, solo lleva unas bermudas vaqueras, joder si que es sexy.

- Charlotte deja de babear por mí y dime porque estás aquí. — Su tono es duro.

Joder, todos aquí están de los más borde, a ver si los hombres lobos también pueden estar en sus días.

Los demás se ríen de lo que ha dicho Calum y yo le miro mal, ese estúpido me está avergonzando delante de todos.

- Por lo menos yo no voy arrastrándome ante ti.

Se escucha una ovación y algunos silbidos de algunos jóvenes, Calum me mira con los ojos hirviendo de ira, él me ha dejado en ridículo, yo le dejo en ridículo.

Su gesto se suaviza, cuando...


..........................

Nuevo capítulo.

¿Charlotte se irá con el grupo de Daniel?, ¿Qué pasará?

Hasta el próximo capítulo.

Mi vecino es un hombre loboWhere stories live. Discover now