Capítulo 5

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Capítulo 5

Al otro lado de la puerta gris había un angosto pasillo con tres puertas negras. La que estaba al final del corredor tenía un letrero en blanco y verde que decía salida de emergencia.

—La puerta de la derecha es el almacén de alimentos, las camareras casi nunca tenemos que entrar ahí pero es bueno que sepas dónde está y la puerta de la izquierda es nuestra sala de descanso —informó Tina atravesando la entrada.

Seguí a la chica a la estancia que era bastante amplia, tenía paredes de color crema y habían dos grandes sofás negros, una mesa baja de vidrio y unos casilleros de color gris.

—Cuando llegues puedes dejar tus cosas en uno de los casilleros, te recomiendo traer tu propio candado, nunca se ha perdido nada aquí pero es mejor para evitar problemas.

Asentí a todas las palabras dichas por Tina, ella abrió un compartimento, saco un pequeño bote de color azul y me lo paso. Cuando abrí el recipiente olfateé un aroma a limón.

—No creo poder arreglar mi cabello, jamás lo he logrado —me quejé.

Tina sonrió.

—Dejame intentarlo, vamos al baño.

No había notado la puerta que estaba junto a los casilleros hasta que me la señaló, el baño era pequeño pero elegante, los muebles se combinaban en tonos azules y había un gran espejo sobre el lavabo. Tina mojó mi cabello y pasó sus dedos con aroma a limón sobre el, el resultado me sorprendió.

—¡Increíble! ¡Gracias Tina!

—No es nada, ahora de prisa que estamos retrasadas —contestó con un deje de satisfacción en la voz.

—Espera, ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro.

—Lopez... ¿Siempre es así?

Ella ladeó la cabeza y me miró fijamente.

—¿A qué te refieres?

Fría, extraña, arrogante, invasora de tu espacio personal.

—No, no es nada.

Tina me sonrió condescendiente y dijo:

—No le prestes atención a Santana, puede ser pedante a veces pero cuando la conoces es muy agradable.

—Te creo —dije.

Pero en realidad no le creía. Cuando salimos a la estancia principal Puck me dedico un silbido y gritó:

—¡Que guapa!

Todos comenzaron a reír y pude sentir como me sonrojaba. Una chica se había unido a nosotros esa mañana, supuse que había llegado mientras Tina y yo estábamos en la sala de descanso.

—Al final si te contrataron, soy Mercedes —saludó la morena.

—Brittany —conteste.

—No es tiempo de presentaciones, vamos retrasados —regaño Santana desde su posición.

Mercedes hizo un puchero y se colgó del brazo de la morena.

—Pero cariño quiero conocer mejor a Brittany —canturreo.

—No te pegues así a mí y te dije que te quitarás el aro de la nariz —contestó Lopez apartándose de la chica.

Mercedes sonrió, se encogió de hombros y desfiló hasta la puerta gris. Intercambié una mirada con Santana a la que le había aparecido cierto color rosado en sus mejillas, al parecer la latina tenía su lado tierno. Será interesante conocerlo, a ella y a todo el personal.

Mi primer día de trabajo pasó demasiado rápido, entre la limpieza general, aprender a utilizar el "punto de venta" dónde metíamos los pedidos y atender a los clientes, mi hora de salida llegó. Había sido un buen día y esperaba que los siguientes fueran así.

BreadstixWhere stories live. Discover now