6🌹

3.2K 505 101
                                    


—Un Jung, un Kim, y un Jeon. De todos mis años en esta oficina, creo que jamás he tenido semejante honor —dijo con bastante sarcasmo el hombre sentado en el sillón tras el gran escritorio.

Yoon HaJoon no sabe qué más hacer, de verdad, tiene una jaqueca del demonio. Sólo puede preguntarse qué diablos hizo para merecer al señorito Kim en su oficina una vez más. Su tiempo con los de natación fue demasiado corto para su gusto; un tiempo que terminó en suspensiones y detención, y ahora -para su desgracia-, es turno de hacer pasar a su oficina al otro trío de la discordia. Trío donde se encuentra uno de sus dos némesis mortales, Kim TaeHyung, y está harto de tener a ese Omega llorón en su oficina.

—¡¡Señorrrr Yooooonnn~~!! —entró corriendo un castañito hecho nada, a moco suelto, y con la ropa desordenada.

—Castigo divino —murmuró el pobre hombre, guardando en uno de los cajones de su escritorio los expedientes del grupito anterior.

—¡No va a creer lo que pasó!

Un llamado de piedad a la luna, por favor.

Así en poco tiempo tuvo sentados frente a él a dos Alfas completamente desaliñados, con vendas y moretones, soltando feromonas de rabia que incluso para un Beta como él son evidentes. Y por supuesto, a un Omega; ese preciso Omega de segundo año al que con sólo verle el puchero ya le palpita la cabeza. Ahí frente a él, mimado, con actitud digna, asqueado con su ropa sucia, y nada feliz con la bandita que le pusieron en su mejilla delicada, TaeHyung lo mira con ojos de cachorro herido.

Desde que esos dos pusieron un pie en BomHwa, ya perdió la cuenta de cuántas veces ha tenido que lidiar con Kim TaeHyung y Min SeokJin. 

—Ni siquiera quiero saber qué fue esta vez, señorito Kim.

—¡No fue mi culpa, tiene que creerme! —TaeHyung lloró.

El hombre cerró sus ojos por un segundo, joder, pero qué castigo divino, va a necesitar una aromática más tarde.

—Jeon, es sólo tu primer mes en la institución —señaló al Alfa impasible sentado a un lado de Kim. Un azabache que por alguna razón desconocida para él, se niega a soltar la mano del Omega.

Eh, no le digan que...

¿Un Kim y un Jeon?

Tuvo que suspirar, un gran suspiro, Jesús, la que se viene es grande. Maldición, ya está demasiado viejo para esto—, y debo decir que estoy muy sorprendido con usted, señor Jung —se resignó a mirar al pelirrojo.

—¡Señor Yoon! No fue para nada mi culpa, ¡lo prometo! Sé que el año pasado me dijo que si pisaba una solita vez su oficina este año me quitaría mi casillero doble, pero por favor, señor Yoon, noooo~, porfis porfis —de pronto, TaeHyung estalló en más lloriqueos—, ¡en dónde se supone que meta mis cambios de ropa! Y los bocadillos de Byul no van a caber en uno individual, ¡no fue mi culpa, lo juro!

—Entonces si no es su culpa, ¿qué hace aquí?

—¡Porque-!

—¿Qué le dijeron esos tipos? —se inmiscuyó JungKook, sin poner nada de cuidado en sus palabras.

—Compórtese, Jeon.

—Señor, sea lo que sea que le dijeron, no es verdad —ahora dijo HoSeok.

—Suéltame, bobo —TaeHyung jaló su mano fuera de la de JungKook—, señor Yoon, ellos... esos Alfas... —se acercó a la mesa, y se atrevió a hacer un gran estruendo al posar sus manos sobre el mueble. Tanto que el señor HaJoon saltó en su silla—, me acosaron sexualmente.

El Recolector De Corazones Jeon JungKook. >> KookV. Where stories live. Discover now