CAP 18 UNIÓN

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Centro de la ciudad, Moscú, 8:10 pm

-El señor Iván ha despertado y está exigiendo ver a sus hijas. -Peggy habló agitada después de tres llamadas fallidas a Barnes, consiguiendo finalmente que Carol atendiera su teléfono.

-Maldición... -Carol miró la hora, eran más de las 8 de la noche y estaba segura que Barnes justo ahora se estaba dirigiéndose a la emboscada en contra de Loki Romanov. Estaba sola en esto.

-¿Qué debo hacer? -Peggy preguntó ante tanto silencio.

-¿Le has dicho algo? ¿Le dijiste algo sobre el ataque?

-No, en cuanto notó donde se encontraba se alteró mucho y los médicos entraron para tratar de controlar la situación. Me encuentro en el pasillo. -La castaña le explicó.

-Demonios, voy para allá. No vayas a abrir la boca, Peggy. -Carol miró la barra de avance en su búsqueda dentro de la web y ésta iba aún por el 75%. Identificar a las mujeres estaba siendo más difícil de lo que pensó.

-Bien... -La castaña respondió y antes de que pudiese decir algo más la rubia le colgó.

-Daniel, envía a unos de los escuadrones a peinar cada rincón de la casa. Que busquen micrófonos, cámaras o algún dispositivo ajeno a nuestro sistema de seguridad. Que se encarguen de revisar el despacho del Señor Iván, los conductos del la calefacción, el agua potable y que revisen a profundidad las habitaciones de los empleados, en especial la de los tres nuevos. -Carol tomó su chaqueta y miró con seriedad al ruso que la observaba con un poco de miedo.

-Pero me encuentro monitoreando las líneas de... -Daniel iba quejarse, pero la mirada fulminante de la rubia lo hizo callar.

-Como ordene... -Rápidamente bajo la cabeza y asintió.

-Llámame en cuanto esta porquería tenga algún resultado y no dejes de insistir, encuentra a Rogers. -Carol gruñó furiosa, no podía creer que Natalia se hubiese escapado con el maldito americano y que además no hubiese tenido la decencia de ponerse en contacto con alguno de ellos.

-Como usted diga... -Daniel susurró nuevamente, tomado una gran bocanada ante el peso que de repente había caído sobre sus hombros. El ruso estaba seguro que si no le daba resultados a sus superiores le volarían la cabeza por incompetente.

Carol salió de la mansión como alma que llevaba el diablo, rezándole a todos los Santos que los médicos hubiesen sedado al señor Iván. No le convenía a nadie que el ruso despertara, al menos no aún que no tenían señas de ninguna de las dos mujeres más importantes de su vida. Estaba segura que cuando supiera que las habían perdido los iba matar a todos.

Por otro lado, Barnes esperaba paciente a que su reloj marcara la hora exacta. El hombre había decidió estar presente durante la emboscada en contra de Loki Romanov ya que no estaba dispuesto a más equivocaciones.

-Señor, el ruso se encuentra en una de las salas VIP del lugar, pero no está solo. -Uno de sus lacayos le informó por el intercomunicador.

-¿De quién se trata? -El pelinegro bajó un poco el vidrio de su ventana para exhalar el humo de su cigarrillo, notando que el lugar aún no se encontraba a su máxima capacidad.

-Parecer ser que se encuentra con la dueña del lugar, una tal Wanda... -El hombre del otro lado de la línea trago saliva en seco al darse cuenta que la suerte estaba de su lado esa noche y que eso se convertiría en una masacre en pocos minutos.

-Wanda ¿que?... -Barnes gruñó impaciente.

-Se trata de la Srita. Wanda Romanova... -El ruso susurró y los ojos de Barnes brillaron al instante mientras una sonrisa maliciosa se asomaba en la comisura de su boca.

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