CAP 26 FINAL

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Centro de la ciudad, Moscú

-¿Nicolás Fury?

Un hombre de uniforme bastante robusto, intimidante y con un gran arma colgando de su hombro preguntó al agente Coulson después de haber abierto la puerta de la habitación de hotel donde se encontraban.

-Hmmm... ¿Quién lo busca? -Coulson pasó saliva y retrocedió un paso al percatarse del rostro poco amistoso del sujeto.

-Venimos de las fuerzas armadas Rusas. Se encuentra o no el señor Nicolás Fury... -El tipo gruñó con poca paciencia mientras el gente del FBI miraba a los otros dos gorilas que custodiaban el pasillo.

-Si... -Coulson apenas y alcanzó a responder ya que de un solo empujón el ruso lo apartó de la puerta para entrar a la habitación.

-¡Destruyan todo! -El ruso dio la orden, caminando a pasos firmen por todo el perímetro.

-¡Pero que demonios! -Nick se puso de pie de inmediato, sacando su placa para darse a conocer. Tenía que ser una broma.

-Nicolás Fury, queda acusado de traición a la patria, violación a la privacidad, extorsión y privación de la libertad.

El soldado no esperó a que el moreno dijera absolutamente nada ya que antes de que siquiera pudiese abrir la boca, este ya se encontraba siendo sometido y esposado. Tony había sido muy claro con su solicitud, quería ver sufrir al moreno unos cuantos años en prisión antes de que mandara a fulminarlo. Nadie se metía en sus malditos negocios y vivía para contarlo.

-¿De qué demonios hablan? Soy directo del FBI en New York. No saben con quien se están metiendo. -Fury bramó fúrico mientras Coulson y Sharon miraban atemorizados desde una esquina, siendo retenidos también para que no se acercaran.

-Lo podrá hablar con su abogado cuando el consulado le proporcione uno. -El ruso río con desdén para después sacar al moreno a empujones de la habitación.

-¡Llamen a las oficinas, resuelvan esto! -Fury le gritó a sus dos agentes quienes aún seguían sin entender de que se trataba aquel abuso de autoridad, pero estaban de incógnito en tierras extranjeras, una metida de pata y no lo contarían.

-Ustedes, largo de aquí, si no quieren ir también a prisión. -Uno de los militares miró mal a los americanos para después quitarle el seguro a su arma y apuntarles de forma amenazadora.

-Tranquilos, nosotros ya nos vamos. -Sharon elevó las manos en señal de paz, mirando de reojo a Coulson para indicarle que era el momento de largarse de ahí. Los rusos permitieron que sacaran sus objetos personales, pero nada más.

-¡Desháganse de todo!

Se dio la orden y los hombres comenzaron a destruir todo a su paso, levantando todo el equipo electrónico que hallaron a su paso mientras Sharon y Coulson bajaban las escaleras del hotel a pasos apresurados.

-¿Crees que Peggy tuvo algo que ver? -Coulson le preguntó a la rubia, después de todo eran familia y la muy perra los había abandonado como una cobarde después de haber fallado con la única cosa que se le había pedido hacer.

-No lo sé, pero me importa un carajo. Me largo a casa, fue un error venir hasta aquí. No debimos actuar por nuestra cuenta. Fury debió informar al Gobierno Ruso sobre sus investigaciones. -Sharon le explicó al castaño mientras caminaba muerta de frío por la calle.

-Somos el maldito FBI... ¿Cuándo hemos pedido permiso? -Coulson objeto, pero la rubio optó por no responder. Era un maldito imbecil al igual que su jefe.

La rubia estaba segura que aquella misión les costaría la carrera, el trabajo y la credibilidad. La ambición, el poder y la ignorancia jamás traían nada bueno.

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