CAP 19 CASA

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Thor no había parado de besar el cuello de Melina y frotar su barba sobre su piel blanca mientras ella dormía acurrucada entre sus brazos y de espaldas a su torso desnudo. Pronto amanecería y en un par de horas más tendrían que trasladarse a un lugar que fuese más seguro para toda la familia, en especial para Melina y Natalia Romanova.

-Buenos días, muñeca. -Thor susurró en el oído de la castaña, consiguiendo que ésta arrugara el ceño y soltara un ronroneó en reproche mientras él bajaba sus besos hasta sus hombros y deslizaba su mano con un toque delicado entre la piel cálida de sus senos.

-Despierta, amor... Podrás descansar más tarde, lo prometo. -El rubio mordió el lóbulo de su oreja y la abrazó por la espalda con sensualidad, presionando la gran erección que yacía latente entre sus piernas contras su espaldas baja mientras el toque de sus manos seguía su camino hasta llegar a su monte de venus.

-Déjame dormir, estoy muy agotada... -Ella soltó en un tono infantil, frunciendo el entre cejo y dejando escapar de su garganta un inesperado gemido erótico que puso en alerta todos sus sentidos cuando los dedos del hombre detrás de ella se deslizaron entre sus labios íntimos para acariciarla.

-Y muy húmeda también, amor... -Thor gruñó excitado aún sumergido entre el hueco de su cuello, subiendo lentamente hasta buscar sus labios y robarle un delicioso beso mientras su mano traviesa flexionaba el muslo de su chica bajó la manta.

-¿En serio, cariño?

Melina lo miró con unos ojos perezosos y un puchero dibujado en sus labios al ser consiente de que no tenía escapatoria. Ese hombre no tenía límite y aún no podía creer que después de desvelarse haciendo él amor durante la madrugada la despertara tan temprano con tanta energía.

-Por favor... -Thor puso ojitos de cachorrito mientras dejaba una lluvia de besos castos en los labios rosados de su mujer, recibiendo un asentimiento flojo de cabeza que lo animó a profundizar su encuentro y tomar su miembro duro entre su mano para acariciar la entrada de la castaña y de apoco introducirse en ella.

Fue inevitable que ambos soltaran un fuerte gemido que inundó las cuatro paredes de aquella habitación. Melina se abrazó fuerte a los brazos que la estrechaban con cariño por la espalda mientras dejaba ir su cabeza sobre su hombro al ser embestida una y otra vez por su hombría que se deslizaba en su interior con regocijo. Thor fue cuidadoso en cada momento, la llenó de besos y mordiscos que dejarían marca y no dudó en susurrarle al oído cuan grande era el amor que sentía por ella y lo importante que siempre había sido en su vida mientras sus cuerpos desnudos se retorcían de placer.

Thor no pudo evitar gruñir al escuchar la insistencia con la que su celular vibraba sobre el buró de la habitación, pero ni eso lo hizo detener el movimiento de sus caderas, al contrario, se sintió tan furioso por haber sido interrumpido que sin haberlo planeado aumentó la velocidad de sus embestidas hasta hacerla gritar con sensualidad sobre su boca mientras devoraba sus labios y tiraba de ellos con sus dientes. Melina, por otro lado, tiró de sus cabellos rubios y arqueó su espalda torpemente al ser sacudida por un orgasmo brutal que provocó que una corriente de excitación bajara hasta el centro de su sexo. Éste comenzó a contraerse cada vez más por sus embestidas para succionar el miembro duro del hombre que amaba, terminando así por liberarse después de la deliciosa tortura que los tenía jadeando sin ningún pudor entre los brazos del otro.

"Oficinas" de la familia Alianov, casa de seguridad. 6:00 am

-Vaya, si que te debe querer mucho tu padre... -Barnes gruñó al tercer intento fallido en el que marcó el número que la castaña tenía registrado en su celular con el nombre de Papi.

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