🇷🇺RUSSIAN Братва 🇷🇺

CAP 1 DESTINO

Martes, Finales de noviembre, Nueva York

-Es un trato justo... -Fury, el director del FBI se encontraba sentado frente al escritorio de Anthony RD.

-¿Justo para quién? No veo ningún beneficio para mi o los míos. -Anthony se puso de pie y caminó despreocupado hasta el enorme ventanal que daba vista a la gran manzana para sacar un puro que llevaba en el bolsillo de su saco blanco y encenderlo.

-¿Te parece poco no terminar en prisión? Solo necesito un poco de información, nosotros nos encargaremos del resto. -Nick de cruzó de piernas y esperó paciente.

El moreno llevaba prácticamente casi toda su carrera siguiendo el rastro del ruso Iván Alianov y sus secuaces dentro de la mafia y con él, el tráfico de estupefacientes, desfalcos y varios desvíos millonarios que cambiaban constantemente de una cuenta a otra borrando todo rastro de que alguna vez habían existido una vez que llegaban a su destino final, Moscú.

-Pff... Huelo tu desesperación a kilómetros, sabes que eso jamás pasará, tu jefe y el jefe de tu jefe siempre terminan en esa maldita silla pidiéndome favores... Mejora el trato, amigo, no traicionaré mi alianza con los rusos así porque si... -Anthony se llenó el puro a los labios y le dió una gran bocanada, reteniendo el humo con elegancia mientras esperaba una respuesta.

Anthony RD era el más grande proveedor de arma de los Estados Unidos, Europa y la Unión Soviética, desde armamento legal hasta armas nucleares y de gran alcance que normalmente sus compradores modificaban y mejoraba a su antojo y los jefes de la mafia rusa era algunos de sus clientes más importantes.

-Sabemos que dentro de dos semana llegará una gran embarcación con mercancías de extraña procedencia al puerto de la ciudad, dame lo que necesito y me aseguraré de que nadie estropee la operación.

Nick jugó una de sus últimas cartas, aquel caso relacionado con la Bratva rusa se había vuelto una cuestión de orgullo desde que casi lo atrapa durante el gran desfalco millonario que se llevó a cabo en un banco de la ciudad de Nueva York en el 92, llevando a la ruina a cientos de locales y ciudadanos que perdieron todo su dinero. Desde entonces había vivido para seguir cada una de sus pista para atraparlo, sin embargo, en poco tiempo el buró lo enviaría a casa condecorado por sus larga trayectoria dentro del FBI y que mejor que irse con todo el crédito de haber cerrado finalmente aquel expediente, cosa que nadie en todos sus años de servicio había podido lograr.

-Me parece poco, mis hombres son más que capaces de burlar a los tuyos, no necesito de tu "cooperación"... -Anthony soltó el humo y sonrió con desdén, regresando a su asiento sin ninguna pena.

-Que hay de tu hijo... Se han escuchado ciertos rumores y me parece que últimamente ha sido poco discreto con sus pequeños negocios. La Interpol y la DEA lo tienen en la mira por la venta de droga y armas ilícitas a menores de edad. Una metida de pata más y estará tres metros bajo tierra. -Nick sonrió cuando tuvo toda la atención del pelinegro, observándolo como hacía una mueca con los labios y colocaba su puro sobre un bonito cenicero.

-Este maldito idiota... -Anthony gruñó, le esperaba una paliza a su hijo Peter cuando lo viera.

-Yo también tengo contactos, Anthony, una llamada y su expediente desaparecerá como por arte de magia. -Nick vio al hombre rascarse el mentón, estaba dispuesto hacer lo que fuese.

-De acuerdo, así las cosas cambias... Dime que quieres saber... -Anthony se recargó en su asiento mientras el moreno ladeaba la comisura de sus labios.

-Dime todo lo que me pueda ser útil... -Fury ensanchó su sonrisa mientras Anthony tomaba nuevamente su puro para tomar una bocanada, organizando la información en su cabeza.