CAP 8 ESPECIAL

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-De acuerdo, iré con ustedes... No disparen... -Natalia levantó las manos en son de rendición, dando unos paso al frente para que los hombres encapuchados que bajaron del auto supieran que estaba dispuesta a cooperar.

-¡Quieta preciosa y ustedes no den un solo paso! -El líder de aquella operación habló con un perfecto ruso, haciéndole una seña a su gente para que fueran por ella mientras el resto de sus hombres apuntaban a la chica y al cuerpo de seguridad de Iván Alianov quienes estaban a unos cuantos metros tras ella.

-Estaré bien... -Natalia susurró más para sí misma que para los que supuestamente cuidaban de ella, mirando a Barnes junto a Carol detrás para después sentir como cubrían su cabeza con un saco negro para arrastrarla con brusquedad hasta el auto.

Natalia pasó saliva y caminó con torpeza, escuchando como el seguro de algunas armas era retirado para iniciar un tiroteo que causó que alguien la lanzara sobre el asfalto de la calle mientras escuchaba como las balas atravesaban los vidrios y huesos de los hombres que gemían de dolor a su alrededor. Todo pasó absolutamente rápido y en menos de lo que pudo contar hasta tres sintió como tiraban de su brazo para levantarla asustada del suelo y llevarla cargada como un costal de papas hasta uno de los auto.

-¡Acelera!

-¡Ellas estarán bien!

Una voz ahogada y adolorida gritó mientras los sentidos de Natalia trataban de agudizarse para tratar de comprender que estaba sucediendo, sintiendo como poco a poco su pecho se oprimía hasta estrangular su corazón, restándole gran parte de la conciencia que la mantenía de pie.

-Tranquila Nattie... Respira... -Steve le susurró solo para que ella pudiese escuchar, le quitó la capucha de la cabeza, siendo cuidadoso para arrancarle también esa horrible peluca que mando a volar. El castaño trató de mantener la mente serena para terminar encontrando en su mirada ambas pupilas dilatadas, la rusa estaba al borde de ser víctima de un ataque de ansiedad una vez más.

-¡Esa maldita y miserable rata enana! -Barnes gruñó herido de bala mientras conducía a toda velocidad, siendo seguidos por Carol y Lena que iban tras ellos. Habían dejado los autos atrás hace ya varios minutos.

-No... Dudo que haya sido él... Los atacantes eran rusos y él en cuanto tuvo la oportunidad se fue con los hombres que venían cuidándolo... -Steve abrazó fuerte a la chica a su costado, sosteniendo su mejilla para que tratara de mantenerse despierta, pero estaba fuera de sí, balbuceando cosas sin sentido. Quizá por el shock de lo que acababa de ocurrir, por la impresión o quizá por tanta droga. Realmente era muy difícil saber con certeza.

-Bien hecho Rogers... -Barnes lo felicitó con una mueca de dolor, conduciendo hasta un lugar seguro fuera del centro de la ciudad, una casa de seguridad en la que podrían pasar la noche y podrían curar sus heridas mientras le pedían a Iván indagar un poco para encontrar a los culpables. Lo que menos necesitaban era llevar a los matones en dirección a la gran mansión.

-Nattie, quédate conmigo, trata de respirar ¿si?... -Rogers acarició su mejilla, pero ella estaba muy lejos de atender a su solicitud.

-Aún así la dejó sola... Que maldito hijo de perra... -Barnes gruñó fuera de sí, apretando el volante con fuerza mientras miraba por el retrovisor como Natalia había caído inconsciente sobre el hombro del americano.

-Pequeña despierta... -Steve le susurró preocupado.

-Revisa su pulso... ¿Está herida? -Buck preguntó con cierto rabia e impotencia.

-Solo un par de raspones en sus rodillas, parece que duerme profundamente... -Steve la acurrucó con delicadeza a su cuerpo, maldiciendo el momento en que todos se distrajeron y la dejaron sola.

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