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─ Snape está como loco restándole puntos a las casas. ─ dijo Abril mientras con una mano sostenía sus zapatos y con la otra la mano de Draco.
Caminaban por los pasillos luego del baile, Abril quiso irse cuando escuchó los fritos de Hermione, no quería otro dama ajeno.
─ Se lo merecen. ─ dijo indeferente el rubio. ─ Son todos tan estúpidos.
─ ¿Dónde vamos? ─ preguntó la rubia mientras lo miraba de perfil.
─ A la torre de astronomía, ¿Quieres ir allí? ─ preguntó Draco.
─ Si, me gustaría. ─ aceptó la rubia.
Caminaron con cuidado de que ningún perfecto o profesor los viera, no querían llevarse un castigo o que le resten puntos a sus respectivas casas aunque a la rubia no le importase mucho aquello.
─ ¿Cómo no tienes frío? ─ le preguntó Draco una vez que llegaron.
─ Oh, Hermione hizo un hechizo para eso, no se el nombre de este. ─ contestó la rubia dejando los zapatos a un lado y sentandose dejando sus piernas colgar. La habitación estaba oscura de no ser por la luz de la luna y estrellas.
─ Lastima, quería prestarte mi abrigo como hacen todos. ─ Draco chasqueo la lengua e imitó a la rubia sentandose a su lado.
─ La pasé genial hoy, tengo que admitirlo. ─ dijo Abril girando su cabeza y mirando al chico.
─ Igual yo. ─ contestó Draco mirándola, los dos se quedaron así durante unos largos minutos, guardado en sus recuerdos las fracciones del otro. ─ Diablos, eres tan bonita.
Abril le sonrió y besó su mejilla. ─ También eres muy bonito.
Draco sonrió. ─ Ya lo sabía. Ahora ¿Puedes volver a besarme? ─ preguntó acercando su mejilla a la cara de la rubia.
Abril rió pero de igual forma le dió un beso. ─ Tienes rico perfume, se nota que te bañas. ─ bromeó.
─ No soy sucio, ¿Tu te bañas? ─ preguntó mientras pasaba un brazo por detrás del cuerpo de la chica.
─ Una vez por semana, los domingo usualmente. ─ respondió en forma de broma y los eso rieron.
─ Con razón siempre te pones mucho perfume. ─ Abril lo golpeó suavemente y rió aún más. ─ Pero me gusta tu perfume, ¿Cómo se llama?
