( 07. 𝗌𝗎𝗋𝗋𝖾𝗇𝖽𝖾𝗋 )

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𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗦𝗜𝗘𝗧𝗘: "𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘳𝘴𝘦"

𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗦𝗜𝗘𝗧𝗘: "𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘳𝘴𝘦"

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Draco tenía razón, es lo único que voy a decir. 

Me estuvo persiguiendo toda la semana sin parar junto a su banda de monos, me hicieron la semana imposible. Creo que hubiera preferido que me lanzará un crucio. 

Pensé que lo iba a soportar pero no, tuve que aguantar que me escondieran las cosas, me humillen en clases, qué mi comida sea fea y un sin fin de cosas más.  

Pero esto se fue a la bosta. Estaba tranquilamente bajando las escaleras cuándo escucho la risa de Malfoy y luego siento un fuerte empujón que me hizo caer de las escaleras. 

Y bueno, acá estaba en la enfermería con mi muñeca fracturada gracias a que me apoye en ella cuando caí. — Draco es un idiota, ¿Como pudo hacer eso? — Harry se cruza de brazos molesto. 

— Me lo merecía igualmente. — Le sonreí mientras miraba mi muñeca. — Pero ¡Hey! Mi muñeca se ve genial. 

— No es cierto, parece que tu mano está mirando hacia abajo. — Habló Ron por primera vez desde que estamos aquí. 

Hermione le golpea suavemente el brazo haciendo que el pelirrojo se quejara, la castaña me mira con pena antes de hablar. — Debes hablar con Malfoy, debe parar. 

— Creo que sí pretendo que no existe, no me molestara más. — Respondí. 

— Eso es lo que haz estado haciendo últimamente ¡Y mírate! Tienes una muñeca rota. — Exclamó Ron. 

— Cálmate, con una poción todo se arregla. — Dije riendo. 

Tenía que decirle a Draco que ya no quería jugar a lo que sea que estábamos jugando.  — Toma esto. — Madame Pomfrey trajo una copa con un líquido dentro que no dude en tomar, no soportaba el dolor de mi muñeca. Apenas el líquido pasó por mi garganta quise escupirlo, sabía horrible. 

— Ustedes niños deben ir a clases. — Ordenó Pomfrey mirando a mis amigos. — Tu, Abril, necesitas reposo, tendrás que quedarte. — Dijo mirándome esta vez a mi. 

Les sonreí por última vez a mis amigos antes de que ellos se retiraran de mala gana.  Madame Pomfrey se fué de la enfermería dejándome sola y aburrida. 

La puerta se abrió de repente haciéndome asustar, había tanto silencio. Mi peor enemigo entró a la habitación. — Abril. 

— ¿Que? — Pregunté mirándolo desde mi camilla, él estaba a unos cuantos metros lejos de mi. 

— ¿Como esta tu muñeca? — Preguntó acercándose lentamente. 

— Quebrada. — Contesté. 

— No es momento para tu sarcasmo, Searls. — Dijo de mala gana. — Necesitaba saber como estabas. 

— ¿Estás preocupado por mi? — Pregunté haciendo un puchero. Aw, Malfoy se preocupa por mi. 

— No quiero que me expulsen, solo eso. — Rodó los ojos. 

— Estoy bien, ya puedes irte, Malfoy. 

— Yo... También quería disculparme. — Dijo jugando con su anillo. 

— Esta bien. — Acepté sus disculpas. — Pero ya no quiero jugar más. Solo... ¿Podemos ignorarnos y no molestarnos? — Draco solo me miró, tenia una expresión neutra, sus ojos miraban mi brazo enyesado. 

Asintió y se retiró de la enfermería, sin decir nada. 

[...] 

— ¿Tu muñeca esta mejor? — Me preguntó Neville. Yo asentí mientras con mi otra mano comía un pedazo de pan.   

Hermione, Ron y Harry no se encontraban. Habían estado algo raros estos días, pero los entendía, Harry preocupado con el prisionero que escapó de Azkaban, Hermione y Ron con el juicio del Hipogrifo. 

Levanté la vista de mi plato al sentir una mirada en mi, nunca me incomodaba que me vean comiendo, pero sentía que esta mirada me estaba quemando. 

Draco se encontraba mirándome fijamente, ni siquiera se molestó en disimular. Fruncí el ceño al ver que se levantaba de la mesa y se iba del gran comedor. 

Me encogí de hombros y seguí comiendo mientras hablaba con Neville. — Luna dice que espera que te recuperes pronto. 

Fruncí el ceño. — ¿Luna? 

— Si, mi amiga. — Contestó Neville mientras señalaba con la cabeza hacia una chica rubia en la mesa de Ravenclaw. 

— Oh, pues, muchas gracias supongo. — Contesté. Terminé de comer mi almuerzo y me levante. — Debo mandarle una carta a mis padres. — Avisé. 

El chico asintió y siguió comiendo.  Salí del gran comedor para dirigirme a mi habitación, no tenía ganas de caminar hacia la lechucería. 

Cuando entré a mi habitación dejé mi bufanda en la silla mientras con la mirada buscaba algún pergamino. Revolví mi baúl pero no encontré nada, suspiré y caminé hacia mi cama donde me dejé caer de espaldas. — ¡Auch! — Exclamé al sentir algo duro bajo mío, me levanté rápidamente y miré para ver que había aplastado.

Una cajita de madera negra con una carta a un lado.  Agarré la carta para comprobar que esto era para mi y no para alguna de mis compañeras de habitación, tal vez se habían equivocado y por error me dejaron esto a mi. 

"Abril"      

Solo decía eso, así que era para mi. Abrí contenta la carta, casi nunca me hacían regalos. 

"¿Sabes a qué huele mi amortentia? A ti." 

Solo decía eso y nada más, no había ningún nombre u inicial en la carta.  

¿Con qué anónimo, eh? 

Dejé el pergamino a un lado y abrí la caja, sólo había un collar de un León, ¿Entonces eso quiere decir que la persona que envió esto es de Gryffindor? No hablaba con casi nadie de Gryffindor, excepto por Ron, Harry y Neville. 

Me puse el collar y me miré al espejo, me queda bien. 


⩩  𝐒𝐓𝐀𝐋𝐊𝐄𝐑, draco malfoyWhere stories live. Discover now