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NARRADOR OMNISCIENTE.
— ... TU ERES COMO EL SOL DE LA MAÑANA QUE ENTRA por mi ventana, que entra por mi ventana... — Cantaba la chica la canción muggle que su abuela le había enseñado, era su favorita definitivamente.
Daba pequeños saltitos, el pasillo estaba vacío excepto por ella.
Y por Draco, quien la miraba desde un muro.
— tu eres en mi vida la alegría, eres sueño en mis noches y la luz en mis días. — Abril sonrió cuando se quedó sin aire, saltar y cantar a la vez no era lo suyo.
Draco sentía que podía verla hacer eso durante toda su vida y nunca se cansaría. — Wow, no sabia que estaba en un show, lamentablemente no entiendo nada de lo que cantas. — Abril se sobresaltó al escuchar la voz de Draco.
— ¡Pibe! — Exclamó Abril, negó con su cabeza y corrigió. — ¡Draco!
— Perdón. — El chico soltó una risita.
Después de aquel beso que se dieron, Abril comenzó a hablar de otro tema, evitando lo que había pasado. Pero Draco no podía hacerlo, no podía fingir que nada había pasado, le había gustado aquel beso y quería repetirlo. — ¿No debes estar en clases? — Preguntó la chica, mirándolo con el ceño fruncido, algo común de ella.
— Debería. — Se encogió de hombros. — ¿Tú qué haces aquí?
— Tengo tiempo libre. — Respondió buscando algo dentro de su bolso. — ¿Quieres? — La chica le extendió una varita de regaliz, Draco la aceptó y luego de mirarla para ver si tenia algo raro - no se iba a arriesgar de nuevo- la comió.
— Escucha, habra una proxima salida a Hogsmeade este fin de semana, me preguntaba si tú quisieras ir conmigo. — Habló Malfoy, tomando asiento en una de las bancas.
Abril se sentó junto a él. — Claro.
Draco sonrió feliz, besó la mejilla rápidamente y se fue, antes de que Abril pudiera reclamarle.
[...]
— Dos cervezas de mantequilla. — Pidió Draco dejando su abrigo en la silla.
— Hace mucho frio ahi fuera. — Se quejó la chica, negándose a quitarse el abrigo.
Draco apunto de sentarse al frente de la chica, se levantó y se sentó a su lado. Abril lo miró confundida y antes de poder siquiera abrir la boca, los brazos de Draco la estaban rodeando brindándole calor.
Se quedaron así durante unos minutos hasta que trajeron las cervezas de mantequilla. El rubio se separó de mala gana y volvió a su asiento. — ¿Ya no sientes frío?
Abril estaba sonrojada, nunca pensó en estar en esa situación con draco. Negó con su cabeza y tomó un poco de la bebida. — ¿Que harás en el verano?
— Probablemente vaya unos meses a Argentina, extraño a mi familia de allí. — Respondió Abril.
— ¿Solo cuando te enojas hablas español? — Preguntó con un toque de burla mientras alzaba el vaso y tomaba un poco.
— No, porqué todos parecen tan estúpidos que no saben dos idiomas, como tú Malfoy.
Abril sonrió y volvió a tomar de su bebida, manchandose con espuma la parte superior de sus labios. — Tienes bigote, Abril. — Draco comenzó a reír.
Abril se limpió con la manga de su suéter. — Y tú no tienes, eres un bebé. — Se burló Abril.
Draco frunció el ceño, ofendido. — No soy un bebé, Searls.
— La imaginación no tiene límites. — Respondió con una sonrisa burlona.
— ¿Sabes? Burlarse del otro no es lo que se hacen en las citas. — Bufó el rubio molesto, tomó un sorbo de cerveza y miró a Abril.
— ¿Esto es una cita? — Preguntó incrédula la gryffindor.
Draco casi se atraganta con su bebida, comenzó a negar con la cabeza nerviosamente. — Si tú quieres. — Abril lo ponía nervioso.
La chica se encogió de hombros y siguió tomando de su bebida. — Falta poco para las vacaciones. — Comentó feliz.
— Si, lamentablemente.
Abril frunció el ceño. — ¿Por qué?
— Es algo aburrido estar en mí mansión, de no ser por Blaise, Crabbe y Goyle, estaría todo el verano encerrado. — Contestó.
— Me gustaría visitarte algún día, pero me iré por todo el verano. — Dijo haciendo una mueca, le daba lastima Draco.
— No te preocupes. — Sonrió mirando está vez a su vaso. — Cómo sea. — Se encogió de hombros.
Siguieron hablando por una hora, Draco le contaba sobre él y Abril le hablaba de cómo era Argentina. Draco sabía que ella era mestiza y qué su familia de Argentina era muggle, pero no le importaba mucho, al menos no era una sangre sucia cómo Granger.
— Disfrute esta tarde. — Comentó Abril mientras caminaban hacía el castillo.
