X - Prólogo - X

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Una oscura noche de Julio, en el continente de Yorubian, en el país de Sahelta, en un remoto pueblecito cuyo nombre ya ha sido olvidado... Ahí, tendría lugar, un trabajo más para los Zoldyck.

Para ellos, un simple encargo. En realidad, una masacre.

Todos, y cada uno de los habitantes del pueblo, fueron ejecutados. Al menos, no se puede decir que su muerte fuera lenta, dolorosa, ni cruel.

Los Zoldyck, son una familia de asesinos, de mundial renombre, conocidos por ser impecables en cuanto al asesinato.

Sus métodos, desconocidos. Sus tarifas, astronómicas.

Caprichoso fué el destino, cuándo un ambicioso y adinerado hombre, decidió pagar un par de millones a dicha familia de asesinos, con el objetivo de quitar de enmedio a los habitantes de un pequeño pueblo, que se oponían a abandonarlo para qué él pudiese construir una mina de petróleo.

Largas fueron las negociaciones, altas las cantidades de dinero que se les pusieron sobre la mesa, pero rotunda la negativa de sus habitantes a abandonar sus hogares para la construcción de dicha petrolífera.

Así fue, cómo uno a uno, hombres, mujeres y niños, sucumbieron.

Zeno, el más veterano de los Zoldyck, paseaba por las calles del pueblo, matando a quien se atreviera a salir a su paso.

Silva, hijo de Zeno, visitó cada una de las casas, para brindar reposo eterno a sus habitantes.

E Illumi, hijo de Silva y nieto de Zeno, seguía de cerca a sus familiares, aprendiendo el arte del asesinato, terminando con la vida de aquellos a quienes sus congéneres ignoraban, a sabiendas de que eran perdonados sólo para que él los ejecutara.

Simples objetivos que sus antecesores dejaban para permitirle practicar sus dotes cómo asesino, para que progresara en dicha profesión.

Decenas de almas abandonaron sus cuerpos esa noche, todas las que los Zoldyck hallaron en ése pequeño pueblecito.

Todas... Excepto una.

Zeno Zoldyck, patriarca de la familia Zoldyck, lideraba el trabajo encargado, andando con calma por las calles, sintiendo de cerca el nen de su hijo Silva, y su nieto Illumi.

Cuándo de pronto, otro nen sintió cerca.

Levantó sus fríos ojos claros, y los dirigió a la pequeña cabaña a su izquierda.

"Vaya, qué sorpresa. Ahí dentro hay una presencia de nen. No me informaron de ningún usuario de nen."

Con ése pensamiento en mente y su pulso en calma, sus pasos torcieron el camino hasta llegar a la mugrienta cabaña de la cual procedía ese siniestro rastro de nen.

Cuál fué su sorpresa, al encontrar en su interior tan sólo a una pequeña niña, que apenas debía de alcanzar los cuatro años de edad.

Trató de acercarse, pero sus sentidos le advirtieron de qué algo no iba bien.

Detuvo sus pasos en la puerta y decidió pedir permiso para acercarse, pues estaba completamente seguro de que ese nen procedía de la niña.

- Buenas noches.

El silencio fue su única respuesta, pese a sentir en él la profunda mirada de la chiquilla.

- Puedo sentir la fuerza que emana de tu cuerpo. No te conviene luchar contra mí.

Tras una pequeña pausa, la niña, el fin artículo una corta palabra.

- ¿Lu... char?

Comprendió que la joven siquiera debía de conocer su poder, puesto que apenas si consiguió hablar.

Hunter x Hunter Fanfic (Chrollo X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora