Hunter x Hunter Fanfic (Chrollo X Oc)

X - Volverme loco - X

Dejo un pequeño beso en sus labios y mirándole a los ojos, finalmente, lo digo.

- Te quiero, Chrollo.

Una leve exclamación de sorpresa escapa de sus labios en cuánto me oye decir esas palabras.

- Repítelo.

- Bastante duro fue decírselo a alguien por primera vez. - admito avergonzada-.

Besa mis labios, acaricia mi mejilla y me lo vuelve a pedir:

- Repítelo para mí, por favor.

- Te quiero.

- Yo también te quiero, Kemuri.

Vuelve a besarme ésta vez con más intensidad y sus manos impacientes empiezan a tironear la ropa que él mismo me compró durante el dia para deshacerse de ella.

No tardamos en estar ambos desnudos, ansiosos por tocar al otro.

Nos seguimos besando, entre caricias.

La forma de ser de Chrollo cuándo estamos en la cama, es cariñosa, cuidadosa y tierna, a la vez que dominante y posesivo.

Esa mezcla resulta en un contraste perfecto y mi cuerpo responde ante él, cediéndole totalmente el control.

Para cuándo sus dedos alcanzan mi zona sensibile, un gemido casi grito escapa de mis labios sobre los suyos, y la humedad es perfectamente palpable.

Siento como sonríe sobre mis labios por tenerme así para él.

Se incorpora, quedándo yo tumbada boca arriba en la cama y él arrodillado entre mis piernas.

- Dímelo otra vez.

- Te quiero.

- Quiero oír esas palabras de tu boca todos los días sin que tenga que pedírtelas. ¿Lo harás por mí?

Apenas logro asentir, sintiendo el pulso en mi garganta debido a la emoción creciente y la excitación.

Se sitúa en mi entrada, frotándose un par de veces, impregnándose de mi humedad.

- Te quiero, Kemuri.

Mientras pronuncia esas palabras se introduce lentamente en mi cuerpo.

Arqueo mi esplada contra él, buscando aún más esa unión en nuestros cuerpos.

Para cuándo está totalmente en mi interior, me coge ambas piernas, colocándolas sobre su hombro y se deja caer sobre mí, doblándome hasta que mis rodillas tocan mi pecho y él llega a besarme.

Se apoya con un brazo en la almohada que hay bajo mi cabeza y con la otra mantiene mis cuerpo aprisionado en dicha postura.

Sin dejar de besarme empieza con un baiben lento, pero que toca en cada estocada un punto concreto dentro de mi, dejándome saber que no tardaré en llegar a mi primer orgasmo de la noche.

Y efectivamente, sin siquiera acelerar el ritmo, en apenas unos minutos, mi cuerpo se calienta y explota como un volcán.

Chrollo gruñe y se queda quieto en mi interior, mientras los espasmos en mi cuerpo le aprietan.

- A partir de mañana quiero que empiezes a tomar anticonceptivos. Es una auténtica tortura tener que controlarme contigo.

Me vuelvo a besar y entre el beso se me escapa una pequeña risa.

Me mira curioso y le sonrió.

- Hace tiempo ya que tomo anticonceptivos para regular las menstruaciones. No es necesario que te contengas.