2- "Saku"

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La noche cayó y no había rastros de ella.
Hasta que un jeep con parlantes a todo volúmen freno en la calle haciéndo chillar las cubiertas.

Las risas llamaron mi atención.

Una sexy pelirosa en bikini, con un pareo atado a su cintura era ayudada a bajar, por un musculoso lleno de piercings.

-¡Gracias ternura! Me lo pase super. Tengo sus números los llamaré pronto. Me espera un tedioso Verano así que espero que puedan animarlo para mi!

Los tipos dentro del coche asintieron con entusiasmo, intercambiaron besos con ella. Y luego se marcharon.

Estaba estupefacto detrás de la ventana.

-¿Qué mierda fue todo eso?- masculle.

El timbre sonó y me apresure para abrir la puerta.

Ella parecia haberse cambiado a toda velocidad y lucia un short y una camisa muy discretas.

Ahogue una risa al ver la inocente mirada que me dió.

-Soy Sakura, la hija de Kakashi.

Saku... Repetí mentalmente.

-Toma- le puse las llaves en la mano.

Ella arqueo una ceja y luego soltó una carcajada.

-¿Eres Sasuke no? ¿Mi padre donde está?

-Escucha Saku- respire hondo, haciendo notar mi fastidio- tu padre y mi madre tuvieron un percance cuando regresaban de la casa de campo. Deberían volver mañana, supongo. ¡Qué te diviertas!- agite la mano restándole importancia. Y sali de la casa dejandola con sus maletas en la puerta.

-Imbécil...

La escuche murmurar.

Subi a mi motocicleta estacionada en la vereda y me fui a mi casa.

No era una niña después de todo...
Debe tener mi edad, talvez un año menos.
Y su cuerpo es... ¡Dios!
Empecé a acariciarme mientras me duchaba, solo con la imágen mental de sus senos cubiertos por esa pequeña bikini roja.

¡Así que mientras yo esperaba paciente que ella llegara, la señorita andaba de fiesta con esos sujetos raros, que valla a saber Dios de donde los saco!.

Me estaba secando cuando mi teléfono empezó a sonar.

Eran las doce de la noche.
No podía ser Naruto, ya que tenía entrenamiento muy temprano.

Miro el identificador.
¿Kakashi?

-Diga- respondí.

-Sasuke, la Señora Sarutobi se quejo con tu madre por el ruido molesto. Dice que la música esta muy alta. Supongo que estarían escuchando tus álbumes de rock, pero podrían bajar un poco. Y dile a Saku que prenda su teléfono odio que lo lleve apagado.

-Claro... Lo sentimos. - dije dubitativo.

Al parecer Kakashi creia que yo estaba en casa, es decir en la casa de mi madre.

Esa niña si que estaba dándome dolores de cabeza.
Tome una muda de ropa y salí a toda velocidad.

Llegué y afirmativamente, la música estridente salía de casa de mi madre.

Antes de subir los tres escalones del frente y poner mi llave en la cerradura, salude con mi mano alzada en el aire a la señora Sarutobi que de seguro estaba tras la horrible tela con girasoles.

Para mi sorpresa no había nadie en la sala.
Unas cuantas botellas de alcohol descansaban vacías sobre la mesa del living.

Marilyn Manson sonaba muy fuerte, y a pesar de que me encanta Tainted love, baje el volúmen.

Desearía no haberlo hecho.
Los gemidos y gruñidos que escuche, bien podían haberme traumado.

Por suerte venían del cuarto de invitados. Y no del mio.

A pesar de tener mi propio apartamento, hasta no hace mucho vivía con mi madre.
Y mi cuarto se conservaba intacto.

Me sente en el sofa, mirando hacia el pasillo. Resople con fastidio.

No me atrevía a irrumpir en su cuarto. Se escuchaba que estaba muy entretenida. Cerre los ojos imaginando como se vería saltando sobre mi.
No podia negar que era muy caliente y tenia una boquita muy sucia.

¡Maldita pelirosa! Sus gemidos eran tan excitantes.
No podía creer que la niña de la que Kakashi hablaba habitualmente, estaba montándose una gran fiesta.
Ni yo había hecho algo en casa de mi madre. Está niña no tenía respeto por nada.

Un tipo completamente desnudo apareció en la sala y camino hasta la cocina, no se precato del volúmen de la música ni de mi, que estaba comodamente sentado en el sofá.

Tomo unas cervezas y cuando regresaba a la habitación se encontró conmigo.

-¿Oye tú quién eres?- dijo sorprendido.

Solte una irónica risa.

-El dueño de casa, ¿y tú? - el me miró asustado.

-¡Cerezo!- grito alarmado.

¿Cerezo? Pensé. En eso apareció otro tipo, para mi sorpresa, era el de los piercings. Y al parecer, no sólo en su cara tenia mucho metal.

Hice una mueca de dolor al ver la barra que atravezaba su glande.
Y las argollas que adornaban sus tetillas.

Detrás de él, como Dios la trajo al mundo venia "Saku".

¡Santo Infierno!

-Hola Sasuke.

Su voz sonaba tan tranquila, que me sentí completamente irritado.

"La Hija del Marido de mi Madre" (Sasusaku +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora