21- Algo más que placer.

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Lento  y profundo,  con un ritmo constante,  hundiendo mis dedos en su cadera y mi lengua en lo profundo de su boca.

Se movía sobre mi, montandome, arrancando gemidos de mi garganta que no podía contener, la arena tibia bajo mi cuerpo, la espuma del mar haciendome cosquillas en las plantas de los pies, el sol se había ocultado, dándole paso a una luna brillante, llevabamos un mes,  escapando a esta misma playa,  aveces temprano, otras de noche.
Hacer el amor en la arena, o en el agua se había vuelto su terapia. Y la mía también.

No sabía a ciencia cierta en que situación estabamos. Podía decir que eramos exclusivos, porque ella no salía de casa sino era conmigo, y yo volvía apurado del trabajo para estar con ella.

Mi hermano se había dado cuenta que algo pasaba, y mi madre había culminado con la renovación hace dos semanas, pero nunca se molesto en avisarnos.

Era como si quisieran que estemos juntos. Y a decir verdad, no me oponía.

Había tenido un pantallazo de lo que era Saku hace unos años, y no hubo manera en que pueda sacarla de mi sistema. Ahora, más madura, con metas y proyectos, era aún mas hermosa que en aquel entonces. Y me volvía inmensamente mas loco.

Seguía durmiendo en su habitación,  pero algunas noches golpeaba suave la puerta de mi cuarto, y se acurrucaba a mi lado. No era buscando sexo, al principio me desconcertó eso. Pero aunque no me crean, resultó ser agradable sólo tenerla en mis brazos, acariciar su cabello, acompañar su sueño y obtenía sexo apenas nos depertabamos.
¡Al final todos ganan!

Sabia que tenía que relajarse y una escapada a la playa llena de sexo en la arena, era lo mejor que podia darle. Habia empezado sus clases prácticas visitanto internos en un psiquiátrico y viendo las entrevistas del psicólogo. También tenía muchos test que hacer, y algunos de mis vecinos se habían ofrecido a ayudarle.

Estaba trabajando duro para ser una gran profesional.

Regresamos a casa y cuando salió de la ducha yo ya tenía  lista una cena improvisada.

—Sándwich de pollo y batido de proteínas. — lo puse frente a ella en la mesita baja que estaba entre los sillones, algunas de sus carpetas y apuntes se dispersaban sobre la alfombra.

—Gracias Sasuke— suspiro.

—¿Qué estudias hoy?— pregunte sentándome a su lado.

—Psicopatología. Historia de la psiquiatría, el nacimiento de la misma, siglo XX.

Resople— Parece tedioso. — ella se encogió de hombros.

—Es sólo que  no se como voy a hacer para recordar todo esto...

—Sé que podrás,  amas esto Saku,  lo haces con pasión y con gusto. Se te da natural.— golpeé la punta de su nariz con mi dedo índice.

Un sonrojo cubrió sus mejillas.

>>Lee en voz alta,  como si me contarás una historia— le sugerí, ella pareció dudar pero luego tomo uno de sus apuntes y empezó a hablar.

—"Con el siglo XX va forjándose un nuevo concepto de enfermedad mental, más ligado a una concepción orgánica y biologicista, que basaba sus observaciones no ya en los locos situados en el medio social, sino en las colecciones de especímenes humanos clasificados en los manicomios morales. El representante más genuino de esta orientación por la influencia posterior que ha tenido fue Emil Kraepelin."— no entendía mucho de lo que escuchaba,  pero su voz me transportaba lejos. Segui fijo los movimientos de sus labios  conforme el relato avanzaba.— "Describió por primera vez la demencia praecox, más tarde conocida como esquizofrénia y la psicosis maníaco-depresiva."

Siguió leyendo por dos horas y yo escuche cada palabra que dijo,  desde Kraepelin hasta Bleuler y luego Sigmund Freud, con todo eso de la noción del inconsciente. Descubriendo que detrás de la mente humana existen mecanismos no evidentes, o conscientes capaces de generar alteraciones psiquiátricas.

—Te gusta mucho ese tipo— le dige al ver como su entusiasmo se elevaba hablando de él.

— "Elaboró una teoría de la personalidad y describió los mecanismos mentales inconscientes de defensa del yo."— dijo sin necesidad de mirar sus apuntes,  y eso me hizo sonreír— Revolucionó la sociedad de su época con las teorías sobre sexualidad infantil que había sido ignorada hasta ese momento.

— Oye, no me hables de cosas que involucren la palabra sexo— ella río.

—Dije "sexualidad" no "sexo"—me regaño.

Me puse de pie, arrastrandola conmigo.
—Basta de leer por esta noche.  Quiero sexo, y disfrutar nuestra sexualidad— levante las cejas.
Ella seguia riendo, la colgué sobre mi hombro como un cavernícola y le di una sonora palmada en el trasero.
Su carcajada fue exquisita.

"La Hija del Marido de mi Madre" (Sasusaku +18)Where stories live. Discover now