17- Cálido y Frío

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Una semana...

Una semana de tenerla bajo el mismo techo y apenas verla.

Me preguntaba si acaso ella me evitaba, o sólo era mi jodida suerte.

Lo cierto era que en toda la semana casi ni la habia cruzado a pesar de estar básicamente conviviendo.

Y empezaba a sentirme muy raro.
Porque sabía que ella estaba tan cerca, casi no podia dormir pensando en su pequeño cuerpo abrazado a mis sabanas, a sólo unos pocos metros.

Mi trabajo,  que siempre amé,  me tenía al borde del colapso.
Espere que llegará el fin de semana para anunciarle a mi hermano que me tomaría unos días.

Su sonrisa me dijo sin palabras,  que sabia la razón de mi licencia.

Tenia a la única mujer que me volvía loco en mi casa,  y no había  intercambiado mas de quince palabras en cinco días,  y no es como si llevará una cuenta.

De hecho no era muy dificil  sumar los "Buenos días Sasuke" y los "Te veo luego"

Claro que volvía tan tarde que ella ya se encontraba durmiendo.

O peor aún, volvía tan cansado, que era yo quién no podía evitar sucumbir al sueño tras un relajante baño.

Si queria retomar lo que dejamos,  necesitaba tiempo.

Por suerte mis casos estaban resueltos y no había tomado ninguno nuevo.

Unos pocos días era todo lo que necesitaba para aclarar las cosas.

Entre temprano a casa y sentí el ruido del agua.
Saku estaba tomando una ducha.
Deje mi portafolio y el saco a un lado y busque en el refrigerador algo para tomar.

Un pequeño grito me alarmó y derrame media caja de jugo.

—¡Sssasuke! — dijo ella,  envuelta en una toalla turquesa,  que contrastaba llamativamente con la blancura de su piel, el rosado de su cabello y el rojo de sus mejillas.

—Lo siento— tome un repasador para secar el piso.— Recién llego,  tenia sed. No te avise porque sentí la ducha.

—Yo lo siento,  crei que estaba sola. Iré a vestirme. — corrió hacia la habitación. La toalla no cubría del todo su cuerpo,  pude admirar sus muslos, y debí controlar el impulsó de seguirla.

Servi otro vaso y me sente junto a la barra.  Minutos después se unió a mi. Lucia un pantalón de seda fria,  color negro y una remera de tirantes color crema. No llevaba sostén y mis manos picaban de ganas de tocarla.

Le acerque el vaso...

—¿Qué tal tu semana? — cuestioné mientras bebía mi jugo.

Ella repitió mi acción y luego murmuro un simple "Bien".
¿Estaba nerviosa?

—¿Cómo te fue estos años? — redoble la apuesta, desesperado por entablar una conversación, por oír su voz.

—No hice mucho— suspiro y empezó a contarme algo de lo que hizo estos años— tuve que pagar los daños al auto de Bee con servicio comunitario.— se encogió de hombros— En el centro de salud donde trabaje como auxiliar, conocí a Tsunade,  ella es Psicolga y empecé terapia... Me ayudo a resolver los conflictos con mis padres y mi hermana. — la miraba sorprendido.

—Madurar es bueno...  Te ves cambiada. Aunque no puedo negar que  extraño algunas actitudes tuyas. —Sonreí y levante mi vaso para proponer un brindis ella titubeó, luego choco su vaso con el mio.

—¿Por qué brindamos?

— Por los cambios...— Sonreí de lado— por tu regreso.— ella me miraba con un intenso brillo en sus ojos.

—Gracias, pero no fue sólo mérito mío...— Tomo una bocanada de aire.  Y se cubrió el rostro. Levante una ceja con curiosidad.— Nuestro último encuentro fue revelador para mi misma. Tu mirada— nego con su cabeza, evocando mentalmente aquellos recuerdos.

—¿Mi mirada? — cuestioné. Queria entender lo que decia.

—La tristeza, la decepción en tus ojos.— sonrió de lado— Lo siento.
Aún duele...

Abri mi boca para decir algo pero no sabía que decir.

>>Era una niña, no conocía límites, pensaba que podía hacer lo que quería sin repercuciones, hasta que te lastimé.

—No te tortures Saku,  ambos eramos mas jóvenes y tal vez arrebatados.

Extendió su mano y toco la mía,  su contacto envió descargas por todo mi cuerpo.

—¿Estamos bien ahora? Muchas veces quise verte, disculparme por como actúe en aquel Verano.

—Si...  Quizá fuí un poco inmaduro... Y...  Evitaba verte en las reuniones familiares. — me cubrí el rostro.

Ella sonrió.
—¿Por qué harías eso?  Era yo quién debía sentirse avergonzada.

—No era por eso— suspire. Esta conversación se había transformado en una terapia de sinceridad.— Puede que me hayas afectado mas de lo que esperaba en aquel Verano.

Sus ojos brillaron y me miró fijo...                 

"La Hija del Marido de mi Madre" (Sasusaku +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora