"La Hija del Marido de mi Madre" (Sasusaku +18)

23- La suegra.

Sakura acepto entre lágrimas de emoción ser mi futura esposa.

Además quedó impresionada con los avances en la casa, podemos decir que vamos a instalarnos antes de que termine el año. Eso me alivia mucho,  porque convivir con mamá y Kakashi es traumático.

No puedo creer que ellos tengan mas sexo que nosotros.
Y debo decir que escucharlos tener sexo es parte de uno de los traumas que Sakura va a tener que tratarme en cuanto tenga su título.

Joder, los gemidos de mi madre y las palabras sucias de Kakashi hacen que quiera dormir en el suelo de la oficina.

—Debería decirle que conviertan su alcoba en una insonorizada.— refunfuñe. —¿Cómo se supone que me excite y te haga el amor? ¡Con esa banda sonora de fondo!

Las carcajadas de Saku me hicieron fruncir el ceño.

— ¿No te pone feliz que ellos sean felices?

—¡Dios, no! — se puso seria y cruzó los brazos sobre su pecho. — Okay,  si, pero también necesito ese tipo de felicidad. Sugiero que mañana vayamos a la playa. — me meti a la cama y Saku se acurrucó a mi lado.

>>Por fin se callaron— dije cuando los sonidos provenientes del final de pasillo, más específicamente de la habitación de mi madre, cesaron.

(...)

Habíamos logrado convencer a Mikoto de que la boda fuera íntima y familiar.
Aún asi dijo que se encargaría de todo.
Saku preparaba la tesis final de su carrera, por lo que dejo las cosas en manos de mi madre y la suya.
Mebuki la ex esposa de Kakashi era una mujer insoportable.

Por suerte vino pocos días, dejo sus indicaciones y luego regreso a su ciudad. Hasta Saku había estado sumamente irritable con la presencia de su madre.

La mujer literalmente vibraba en negativo.
En cuánto llegó se instaló en un hotel. Cuando fuimos a tomar un café con ella, se lo pasó criticando las ideas de Saku para la ceremonia.

—El color hueso no te sienta, eres muy pálida, la tradición dice blanco,  pero tu siempre quieres llevar la contraria.— dijo luego de esbozar una sonrisa tan falsa que me produjo arcadas.

Luego la llevamos a ver nuestra futura casa, se quejo todo el camino de haber perdido sus lentes de sol, y nos contó sobre su operación de la vista, como el médico que era odioso con todo el mundo a ella la trato como si fuera única. Depués encontró sus lentes en el fondo de su bolso. Y tuvimos que escuchar la historia de esos lentes, traidos de su último viaje, a un precio único en el mercado, "Sólo quedaban esos en el estante y los tome antes de que mi amiga lo hiciera" se jactó orgullosa.

Resople disimuladamente. Uff, si escuchaba dos palabras más de su boca moriría. Lo soporté por Saku,  ella no tenía la culpa de que su madre fuera una perra.

Lo primero que dijo cuando entro a nuestra casa fue:"Qué hermoso lugar,  lástima el color de las paredes", "Oh, ¿una casa de árbol?
¿No es muy alto para los niños?  Te aseguro que si se caen de ahí se matan al instante.
Todo era negativo para ella, sus críticas disfrazadas de opiniones sin ánimo de ofender, me estaban inflando las pelotas.
Si, creo que pasar unos años en prisión no era mala idea, si le hacia un favor a la humanidad y mataba a esa bruja.

No se callaba en ningún momento,  y era tan narcisista que ya no podia seguir escuchando de sus viajes y su vida. Todo giraba en torno a ella. Pobre Saku, ahora entiendo su rebeldía adolescente. Cualquiera se volvería loco mas de veinticuatro horas con esta mujer.

Pero como dije, solo se quedó un fin de semana, cuando Saku le dijo que mi madre se encargaba de todo,  parecía que Mebuki estaba chupando el limón mas ácido de todos.

No tener el protagonismo de algo era un golpe duro para esa mujer. Y Dios me perdone, disfrute el golpe.

Saku le dijo con todo el amor del mundo que no se preocupe, que se relaje y solo venga el día de la boda a disfrutar.

No puedo decir que Mebuki estaba entusiasmada con esto, pero si puedo decir que me importaba un carajo lo que esa señora opinara.
Tenía la bendición de su padre,  y eso era suficiente para mi.
Kakashi confiaba en que yo era bueno para Saku.
La loca de su madre bien podía irse al diablo.