One Shots Percabeth

break I

Si se hubiera visto obligada a precisar cuándo surgió el problema, Annabeth probablemente habría dicho a fines de octubre, cuando recibió su carta de aceptación. En retrospectiva, tal vez debería haber esperado, pero nunca se le ocurrió que recibiría la carta antes que él. O que ella obtendría la aceptación y él no. Así que cuando Percy abrió la puerta del apartamento y ella lo abrazó y prácticamente gritó:

—¡Llegó! —ella esperaba que él dijera: "La mía también", no un:

—¿Que cosa?

Annabeth dio un paso atrás y extendió el sobre abierto.

—Mi carta de aceptación de la Universidad de Nueva Roma. ¿No ... no recibiste la tuya hoy también?

Los ojos de Percy se agrandaron.

—Oh, joder. No sé, nunca reviso el correo. ¿Oye, mamá? —Entró a la cocina y Annabeth lo siguió para ver a Sally deslizando una lasaña en el horno—. ¿Recibí algún correo hoy?

—No lo creo, cariño. ¿Por qué? Oh, hola, Annabeth.—Sally saludó a Annabeth con una amable sonrisa mientras cerraba la puerta del horno—. ¿Qué tienes ahí, querida?

—Carta de aceptación de la Universidad de Nueva Roma —Annabeth la levantó de nuevo—. Supuse que la de Percy también había llegado hoy.

Percy estaba hojeando una pila de correo en el mostrador, pero no encontró nada.

—Nada aún.

Annabeth y Sally intercambiaron la más leve de las miradas fugaces, luego Sally dijo:

—Estoy segura de que llegará pronto.

—Sí —estuvo de acuerdo Annabeth—. Probablemente van en orden alfabético o algo y Chase viene antes que Jackson.

—Probablemente —una pequeña arruga de preocupación cruzó la frente de Percy, pero se desvaneció al segundo siguiente cuando sonrió. Se acercó y le dio un gran abrazo—. Felicitaciones, Beth. Un paso más cerca, ¿verdad?

—Mmm —Annabeth se aferró a Percy todo el tiempo que se atrevió con Sally de pie allí mismo, tratando de impartir algo de tranquilidad en silencio. Cuando dio un paso atrás y lo miró a los ojos, él parecía estar bien y le devolvió la sonrisa.

—Felicitaciones, Annabeth —Sally también le dio un abrazo—. Te quedarás a cenar, ¿verdad?

—Gracias, Sally. Y claro, me encantaría.

—Maravilloso. La lasaña debería estar lista en aproximadamente... —comprobó el temporizador del horno—, cuarenta y cinco minutos.

—Esta bien. Entonces tenemos tiempo para repasar nuevamente tus notas, para la prueba de vocabulario de mañana.

Percy gimió en voz alta, pero dejó que Annabeth tomara su mano y lo llevara a la sala de estar, donde el sofá estaba parcialmente oculto por la cantidad de libros de texto apilados en la mesa de café.

El resto de la noche estuvo bien. Todos estaban seguros de que la carta de Percy llegaría más tarde esa semana. Excepto que no fue así. Tampoco llegó la semana siguiente. Percy no lo mencionó y Annabeth no preguntó. Pensó que cuando apareciera, él se lo diría. No estaba preparada para considerar lo que harían si nunca llegaba. Aunque, en absoluto, no iría sola a Nueva Roma. Todo eso había sido idea de Percy, de ninguna manera ella lo dejaría atrás. Pero no podía entender el atraso. Después de todo, él había sido un pretor, aunque solo fuera brevemente. Seguramente tenían que dejarlo entrar. Incluso si era un problema con las calificaciones o la asistencia, bueno, era un semidiós. Si alguna universidad iba a entender eso, tenía que ser la Universidad de Nueva Roma.