Punto debil

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Las tardes de ocio son probablemente la mejor parte de la vida de Percy hoy en día, es decir, cuando Annabeth está involucrada. No llega a verla tanto como le gustaría (que es, como, todo el tiempo), entre el trabajo escolar y el Olimpo. Y cuando lo hace, generalmente hay alguien más alrededor (su madre), y aunque ella es bastante buena para darles espacio, simplemente no es lo mismo cuando sabes que alguien más está en la habitación de al lado y podría estar escuchando fragmentos de tu conversación. Así que cuando su madre no los deja solos, él tiene que arrebatar esos momentos de tranquilidad tan pronto como le sea posible.

Realmente no hacen nada. Por lo general, cuando Annabeth viene después de la escuela, implica tarea, para disgusto de Percy, y solo muchas burlas y risas, y por lo general termina quedándose a cenar. Percy está agotado todo el tiempo ahora de todos modos, y realmente no tiene ganas de hacer mucho más que holgazanear después de terminar la tarea. Es difícil, con la maldición pesando sobre él, especialmente porque este es solo el segundo año de su vida académica en el que Percy realmente trató de lograr algo. Realmente le pasa factura, incluso cuando su madre lo elogia constantemente y el apoyo de Annabeth.

Esta noche, terminan tumbados en el sofá, mirando Brooklyn 99, y sin prestar atención. Él está dibujando círculos sueltos en la parte exterior de su cadera, y la espalda de Annabeth esta presionada contra su pecho, mientras la cabeza de Percy esta en el hueco de su cuello, y hay algo tan perfecto en el momento lánguido que Percy no cree que quiera volver a moverse. Entonces, cuando Annabeth estira el cuello para mirarlo, no está exactamente emocionado, lo que no pasa desapercibido para ella. Ella pone los ojos en blanco

—Estas muy vago ¿eh?

—Es la maldición.

Annabeth se queda callada por unos momentos.

—¿A qué hora llegan tus padres a casa?

Percy se encoge de hombros, lo que en realidad es un poco difícil con el peso de Annabeth parcialmente encima de él.

—Dijeron que estarían fuera hasta las diez.

Annabeth vuelve a girar la cabeza para mirar el reloj, luego se endereza y se sienta. Percy gime y la agarra débilmente, pero ella se ríe y esquiva su mano con facilidad.

—Bien. Quiero probar algo.

Qué quiere decir exactamente con eso, no lo especifica, pero Percy se sienta más rápido, mirándola con un ligero desconcierto.

—Um, ¿probar qué?

Annabeth se sonroja un poco, pero niega con la cabeza ligeramente.

—Solo quiero saber ...—ella continúa, lenta y suavemente—, ¿cuán vulnerable es vulnerable, exactamente?

Le toma un segundo procesar lo que ella quiere decir, porque está un poco atrapado por el rojo de sus labios y la cautela en sus ojos.

—¿Qué?... oh. Oh —dice finalmente—. Yo ... no lo sé, de verdad.

Es verdad. La maldición no es algo con lo que le guste meterse, ya que es una rareza y un peligro potencial.

—Oh.

—Sí.

—Bueno ... quiero descubrirlo.

Él arquea una ceja hacia ella.

—¿Descubrirlo?

Ella se sonroja de nuevo, y es demasiado adorable.

—¿No crees que deberíamos saberlo? Quiero decir ... es una especie de vida o muerte, Percy. —dice en voz baja, mirándolo por debajo de las pestañas.

One Shots PercabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora