lessons of love

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Annabeth Chase estaba agotada. Después de tres extenuantes exámenes parciales seguidos, todo lo que quería era irse a casa y acostarse en su sofá, pero también sabía que era su estúpido turno de preparar la cena y el apartamento era un desastre. La semana de finales siempre dejaba a Percy y Annabeth demasiado ocupados como para molestarse en ordenar y Annabeth realmente no quería lidiar con un desastre, especialmente después de una discusión de 20 minutos con su profesor durante la mitad de su examen.

Ella entro al apartamento y tiro su bolso al suelo, colgando las llaves junto a la puerta principal. Inmediatamente se dejo caer sobre el sofá, y escondió la cabeza en una almohada.

—¿Annabeth?

La voz de Percy vino de la dirección de la cocina, y Annabeth refunfuñó en la almohada antes de levantar la cabeza momentáneamente.

—Estoy en casa, sí.

Sintió que le levantaban los pies antes de volver a bajárselos, y Annabeth se dió la vuelta, recostándose sobre su espalda. Las manos de Percy subieron y bajaron por sus piernas, que ahora descansaban en su regazo.

—¿Qué pasa?

Annabeth resopló.

—Yo solo... uf. Hoy me tocaron como tres exámenes parciales, que realmente sacan de quicio, pero el profesor Plowman agrego todo un tema que había dicho que no sería parte del examen, y luego ahí estaba, justo a la mitad del examen. ¿Quién hace eso?

—Profesores, al parecer.

—Él es el peor de todos —ella dijo, luego se sentó y apoyó la cabeza en el hombro de Percy, con un pequeño puchero en los labios—. Escucha, sé que es mi turno de limpiar y todo, pero estoy tan cansada y no quiero hacer nada ahora mismo. ¿Podemos dejarlo así por hoy?

Percy sonrío, presionando un suave beso en su frente

—Beth, si prestas atención, el apartamento está limpio.

Annabeth hizo una pausa y miro a su alrededor, y efectivamente, tenía razón, el apartamento estaba limpio. La pila de sudaderas de Percy que estaban en el sofá se habían retirado, la alfombra parecía recién aspirada y Annabeth se dio cuenta de que las mesas estaban recién desempolvadas.

—Espera, Percy...

—Sabía que ibas a estar ocupada con los finales, no necesitabas más estrés — él se encogió de hombros, luego le dió otro beso en la cabeza—. Pedí comida para llevar y hay masa para galletas esperando a ser horneada.

—Oh, dioses míos, te amo mucho. ¿Lo sabías? —Percy se río y Annabeth beso el hoyuelo en su mejilla—. Realmente, realmente te amo.

Él la beso levemente.

—Ve a ducharte y cámbiate, precalentaré el horno.

—O podríamos besarnos hasta que llegue la comida —ella respondió, subiéndose a su regazo y las manos de Percy rodearon su cintura.

—O podríamos hacer eso...

***

Hay una mesa auxiliar en su sala de estar, a la izquierda cuando entras por la puerta principal. Lo compraron en una tienda de segunda mano al día siguiente de mudarse al apartamento, siendo el primer mueble que compraron juntos. Era una especie de color amarillo chillón y uno de los cajones no se abría del todo, por lo que las cartas que arrojaban allí generalmente iban a morir. Y no se podían apoyar en ella, lo descubrieron una noche que volvían a casa envueltos el uno en el otro y trataban de encontrar algo con lo que apoyarse. Percy todavía se estremecía ante el moretón que recibió en la rodilla de esa caída. Encima de la mesa hay un pequeño cuenco de cerámica violeta donde ambos arrojan sus llaves.

One Shots PercabethWhere stories live. Discover now