Capítulo 34

17K 1.3K 789
                                    

Quedaban poco para las vacaciones de verano. Después de lo sucedido con James (y de recuperar sus tacones y bolso), pasaron casi cuatro meses de máxima tranquilidad y felicidad. No recibieron noticias ni de Lucy ni de Olsen (quizá incluso James abandonó la ciudad) y no hubo ningún problema más, algo que les ponía muy contenta. Se pasaron días trabajando, yendo una a la casa de la otra para disfrutar el fin de semana, con la familia e incluso amigos. Por supuesto, Winn y Nia se sumaron al "secreto" compartido de aquellas dos.

Lena se levantó temprano para prepararle el desayuno a su novia mientras ésta se duchaba antes de ir a trabajar y se sentó en el taburete, pensativa. Eso es lo que hacían últimamente cuando coincidían a primera hora de la mañana, para compartir y aprovechar más tiempo juntas ya que Kara iría al campamento para disfrutar con los chicos para despedirse de otro año entre que Lena debía de ir a L-Corp para encargarse de cumplir el trato.

No habían hablado de la posibilidad de ir a vivir juntas. Lena no sabía si era demasiado pronto o a Kara le gustaría la idea porque a lo mejor la agobiaba. Sí, ahora la pelinegra era la que más implicada estaba en la relación; quería demostrarle a Kara que los sentimientos por ella era más fuerte de lo que pensaba y que no iba a ponerle freno. Además, sumándole verano... Kara tendría un poco más de tiempo libre, pero ella tendría que pasarse desde la mañana hasta la noche moviendo hilos para ayudar a su hermano. Entonces pensó que, para no ir tan rápido, quizá a ella le gustaría también trabajar en L-Corp.

—Hum, cariño... —dejó el café en la mesa cuando escuchó a su novia bajar por las escaleras—. Quisiera hablarte de... ¡Ag!

—¿Lena? ¿Qué haces en el suelo?

—Hacer flexiones, ¿qué te parece? —se burló todavía en el piso y Kara se echó a reír.

—Ah, ya veo... No han pasado ni cinco minutos y ya estás arrodillada para pedirme más guerra.

—No, idiota —se echó a reír cogiendo su mano para levantarse—. ¿Qué pasa? ¿No tuviste suficiente desde la última vez? ¿Cuánto hace? ¿Una semana? Este mes nos lo hemos pasado... —preguntó con picardía y Kara sonrió arrogantemente.

—Digamos que siempre tengo ganas de más —ronroneó interrumpiéndola antes de darle un beso, pero Lena le frenó los pies.

—Hum... El desayuno. En breves tenemos que irnos a trabajar. Te recuerdo que vamos a patitas.

—Bueno... Si cogemos el coche llegaríamos a tiempo... —volvió a acercarse, pero Lena le puso las manos en el pecho.

—Kara, no me hagas repetirte que odio el deporte y este es el único que haré contigo —volvió a reírse haciendo que la rubia hiciera un puchero—. No, venga —le rodeó del brazo para ir a la cocina.

—Por cierto, antes querías algo, ¿no? —preguntó recordando que se cayó entre que se sentaba y ella asintió poniéndose a su lado.

—Sí, bueno... Dentro de poco acabamos las clases, pero yo después de eso trabajaré en L-Corp.

—Sí, lo sé.

—He pensado que quizá te gustaría trabajar para mí como secretaria ya que apenas nos veremos. Ganarías un extra y, no sé, a lo mejor nos gusta y mudamos de trabajo —se echó a reír, pero la rubia frunció el ceño.

—No creo, Lena —contestó haciendo un mohín y le cogió la mano para que no se preocupara al ver que apretó los labios, borrando su sonrisa—. Entiendo lo que quieres decir, pero ¿secretaria...? Lo siento, pero no. Además, jamás dejaría el trabajo de mi vida por muchos extras que me den. ¿Por qué no mejor vivimos juntas? —cuestionó tan natural que Lena abrió los ojos, sorprendida—. Entiendo si dices que no por si piensas que llevamos poco tiempo como pareja, pero creo que ya somos mayorcitas y ahora mismo parece que...

Se nos da bien odiarnos | Supercorp (Kara G¡P)Where stories live. Discover now