Se nos da bien odiarnos | Supercorp (Kara G¡P)

Capítulo 7

Todos los alumnos estaban impacientes por salir por la puerta del instituto. Tenían ganas de que el día pasara para que anocheciera y celebrar Halloween junto a sus amigos, aunque algunos querían pasarse por el instituto para ver a ciertas personas y conocer otros estudiantes de los alrededores de la zona de National City.

Estaban excitados y encantados, riendo y comentando lo que harían. Todos menos Lena, claramente. Para ella esto era un suplicio. No por ser Halloween, en el cual pensaba que era una fiesta molesta ya que escuchaba gritos a través de las paredes de su apartamento mientras arreglaba, sino porque Cat obligaba a todos los empleados a cumplir también el papel de disfrazarse para que, cuando los nuevos que pasaran por ahí, vieran que era un instituto de "buen rollito".

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Kara estaba parada al lado de Nia dando la bienvenida a los estudiantes que iban para la fiesta. Su amiga le contó lo entusiasmada que estaba porque Brainy por fin le había pedido una cita fuera del instituto y la rubia no podía estar más contenta por ella.

Entre conversaciones, alzó la vista viendo a Ruby e Imra junto a una mujer adulta en la puerta principal del instituto, pareciendo que les estaba echando una regañina. La rubia se disculpó con Nia, pues pensó que ambas se habían metido en problemas y no quería que aquella mujer tuviera un pensamiento equivocado sobre ellas dos ya que, aunque fueran muy contestonas, eran también demasiado buenas.

—¿Puedo ayudarla en algo? —preguntó la rubia interrumpiendo lo que parecía la regañina del siglo de aquella mujer.

—Oh, profesora Danvers —alzó la vista Ruby al igual que las demás chicas.

—¿Ha pasado algo? —cuestionó nuevamente mirando a la mujer mayor y la pequeña Arias entendió que todo esto era una confusión.

—No, no —interrumpió Ruby las miradas de ambas mujeres que tenían el ceño ligeramente fruncido—. Ella es mi madre, Kara.

—Samantha Arias, un placer —cambió la cara al escuchar su nombre y levantó la mano haciendo que la profesora Danvers se lo estrechara con gusto—. Así que usted es la famosa profesora Danvers. Por fin la conozco en persona —le dedicó una sonrisa, recodando las pocas veces que la rubia le había llamado para comentarle cualquier cosa del instituto y Ruby.

—Oh, dígame Kara, por favor —pidió haciendo que Sam le dijera lo mismo, tuteándose mutuamente—. Aunque todo esto es gracioso porque nos hemos conocido con estas pintas —la rubia se echó a reír mientras se señalaba a sí misma, dándose cuenta de que se había presentado disfrazada ante una mujer ejecutiva que también reía.

—Sí, aunque tampoco es que yo esté muy presentable. Tanto trabajo... —hizo una mueca mientras abrazaba a su hija, alisándole el pelo enmarañado—. Solo les decía que tuvieran cuidado y que no llegaran tarde a casa. ¿A qué hora termina la fiesta aquí? —preguntó para asegurarse y Ruby e Imra rodaron los ojos.

—A las once deberíamos estar cerrando —contestó la rubia con una sonrisa y Sam miró a ambas pequeñas, dándoles un beso en la cabeza por ser sinceras.

—¡Kara!

Un grito hizo que todas giraran su cabeza como la exorcista por donde provenía la voz. La rubia frunció el ceño porque no entendía que hacía su hermana aquí. Pero cuando alzó su móvil al aire, lo entendió todo. Recordó que se lo había dejado en el sofá cuando fue a comer a su apartamento para que le ayudara a disfrazarse. Y nada más la pelirroja llegó a sus pies, le echó la bronca porque estaba llegando tarde al trabajo.

—Lo siento por interrumpir, pero esta mujer me saca de quicio —le regañó su hermana señalando a Kara para darle el móvil.

—Nosotras nos vamos dentro. Hasta luego, bonita. Hasta luego, Danver's —Ruby besó a su madre en la mejilla sin que pudiese decir nada a cambio ya que cogió a Imra rápidamente para adentrarse; tampoco querían estar ahí para una conversación aburrida de mayores sobre sus trabajos y tonterías.