CAPÍTULO XIX

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16 de Octubre, 1983

Para ser Octubre, hacía más frío de lo normal. Si a Harry le dijeran que está a punto de nevar, él lo creería pues sentía todo su cuerpo extremadamente frío con sus manos y pies adormiladas mientras dormía en su suave habitación. Le agradecía a su madre haberle llamado a su tío para que le diera una habitación de su casa cuando supo que regresaría a Alemania unos meses más, pues en caso de que no lo hubiera hecho hubiera tenido que dormir en el incómodo sillón del pequeño departamento de Ed y sabía que esa no era una grata experiencia.

Harry se levantó como cualquier otro día, intentando buscar a su tío para desayunar pues Ed lo había llamado para salir a pasear por la ciudad junto a sus otros tres mejores amigos: Finn, Luke y Michael. Caminó con lentitud hasta el comedor y se encontró con el hombre tomando una taza de café mientras leía el periódico.

- Buenos días señor - dijo con la voz enronquecida mientras se pasaba la mano por sus rizos alborotados.

- Sabes que me puedes decir Des Harry, nada de formalidades - expresó en silencio con la mirada directa en el periódico que tenía entre manos - ¿Harás algo hoy?

- Saldré con Ed y los demás, volveré hasta en la noche - Harry tomó la jarra de jugo de naranja que se encontraba al centro de la mesa y sirvió un poco en un vaso vacío que tenía a la mano, Des no lo miró ni un poco, pero parecía ponerle un poco de atención en las palabras del ojiverde.

- ¿Ninguna novia por el momento aún Harry?

- No, ninguna - ninguno, se dijo en sus adentros.

Harry sabía perfectamente que nadie de su familia aceptaría que a él le gustaban los hombres, a nadie, excepto a Gemma. Ella lo sabía perfectamente aún cuando este jamás se lo había confesado y aunque nunca habían hablado del tema con seriedad él sabía que ella lo aceptaba y que su visión sobre él no había cambiado cuando se enteró.

Lo único que hacía que Harry regresara de Alemania a Londres era su hermana, si no fuera por ella él se hubiera quedado a vivir en aquel país desde su primera visita, pues era un lugar precioso y hogareño. Se sentía más en su hogar estando en la casa de Des que en su propia casa con Bernd. Aunque de todas maneras el rizado siempre sentía que algo le faltaba, tal vez por el hecho de que jamás se había enamorado ni había tenido una relación seria.

Después de la pequeña charla que Harry tuvo con su tío, el ojiverde tomó el saco más abrigado que tenía, se colocó unos guantes negros y salió a las frías calles de la ciudad, algo le decía que lo mejor sería caminar, de todas maneras el apartamento de su amigo no estaba muy lejos. Al llegar tocó la puerta y el pelirrojo la abrió casi al instante. Harry lo saludó de lejos y se dirigió al pequeño sillón mientras se frotaba las manos aún cubiertas por los guantes.

- ¿Tan temprano? Pensé que llegarías para el medio día - expresó Ed sentándose junto a Harry.

- Es que necesitaba hablar contigo sobre algo - dijo un poco nervioso.

- ¿Al fin conseguiste a alguien? - Ed lo miró con un poco de picardía, él era el único de sus amigos que conocía su sexualidad, lo gracioso fue que se enteró debido a que se encontró a Harry besándose con un chico en un bar lo cuál el pelirrojo aún le recordaba a su amigo cada que podía sólo para molestarlo - anda Harry, llevas toda tu vida soltero.

- ¿Por qué todos quieren que esté con alguien? Literalmente hace una hora mi tío me preguntó lo mismo - su tono parecía un tanto desesperado - no me voy a meter en una relación mientras no encuentre a alguien especial... no me meteré en cursilerías pero mientras no conozca a un hombre que en serio me quiera por mis sentimientos y no por mi cara, ahí es cuando voy a comenzar una relación, por algo me hice esta rosa el mes pasado.

9 REGLAS (L. S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora