𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 | Michael Jackson

hasta el alma

«—Soy completamente tuya— murmuré a como pude— ¿De verdad quieres terminar este año conmigo?— reí entre lágrimas.

—Claro que quiero hacerlo, quisiera terminar mi vida a tu lado»

Él lo quería, se que quería esto tanto como yo, pero no se pudo, simplemente el destino dijo que no, y se lo llevó. Fue arrancado de mis brazos, llevándose mi alma también.

Cuando muere alguien que amas, duele el alma, y hasta duele respirar, dicen que pasará, pero no es cierto, nunca pasa, nada vuelve a ser igual.

Lo necesito, lo necesito para sentirme viva, para llenar este vacío que abunda en mi ser.

Soy llanto, soy solamente llanto desde que vi morir a Michael frente a mis ojos, y ni siquiera pude hacer nada para evitarlo, él quería defenderme, salvarme a mi, pero no lo hubiera hecho, si no hubiera perdido el control, quizás estaría vivo. Pero no lo está.

Y yo no se que hacer, o como reaccionar, vivo en un shock desde hace dos días, despertando sola en la cama, viendo las cosas de él por toda la casa, esperando a que vuelva a casa pero nunca lo hace.

Ya no está el hombre dulce que me amaba, el padre de mi bebé no está, ya no está el hombre que con solo mirarme me ponía a temblar, ya nada tiene sentido y me duele hasta los huesos.

Dicen que el mundo fue construido para dos, pero solo vale la pena vivir si alguien te ama.

Ese alguien ya no está.

—Siento profundamente no poder volver a trabajar con usted, Señor Jackson— Louis baja la cabeza viendo hacia la pequeña caja que tengo en mis manos— Fue mi jefe y mi amigo muchos años, los mejores de mi vida, y quiero que sepa que aunque ya no esté presente, no dejaré que el Campo decaiga, viviré vigilando y cuidando todo lo que usted construyó y sacó a flote, puede irse, Señor. Todo estará bajo control.

El chico dejó una rosa blanca en la arena, justo frente a mi.

Supe que era mi turno.

No quise hacer un funeral enorme, Michael era una persona muy privada y sólo poca gente lo conocía, no quise romper eso en un día como este.
Así que Louis y yo organizamos un funeral muy exclusivo, Miranda y su novio estaban aquí, el mejor amigo de Michael, Oscar, y su esposa también estaban, todos observando cómo mis manos tiemblan sosteniendo la caja de madera fina y brillante con las cenizas del amor de mi vida.

Nos encontrábamos en la playa de Miami, su lugar preferido, vinimos él y yo muchas veces desde que nos mudamos juntos, se que escogí un buen lugar, uno donde reímos como locos y nos besamos hasta cansarnos. No un lugar lleno de gente enterrada en tumbas una tras otra.

Su cuerpo incinerado lo tengo conmigo y lo llevaré a casa.

La mano de Mila tocó mi hombro en señal de apoyo, intenté no mirarla, tan solo mi vista estaba en la caja, la pequeña caja que en la tapa tenía su nombre.

"En memoria de Michael Joe Jackson, 1994-2023"

—Eras todo lo que tenía, eras todo en el mundo para mi, no se como manejar este dolor que aprieta mi corazón ni como manejar el hecho de que te has ido— mi voz se quebró, las olas del mar golpearon la playa—Fuiste la única persona que creyó verdaderamente en mi, jamás nadie me apoyó ni me amó como tú lo hiciste, dime ahora, ¿qué será de mi si tú no estás?, ¿qué será de mi si ya no puedo volver a verte u oír tu voz?— mis lágrimas cayeron sobre la tapa de la caja, Mila me abrazó levemente— Te amo, te amo como nunca he amado a nadie y me quedaré con las ganas de verte cargar a nuestro bebé en brazos, de enseñarle a caminar y de enseñarle a hablar, me quedaré con las ganas de aceptar ser tu esposa frente a un altar porque Dios decidió llevarte muy pronto— limpié mis ojos sin dejar de llorar— Oh, mi amor, ¿qué se supone que debo hacer ahora sin ti?