la que menos esperaba

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A la mañana siguiente, nos despertamos y yo fui a mi habitación a bañarme y cambiarme de ropa, después de ponerme unos pantalones blancos de rayas y un suéter corto del mismo color con tenis blancos también, estaba lista para hoy. Quedé con Michael de ir a desayunar, en una hora nos entregarían a las chicas nuestras calificaciones y nos darían dos semanas de vacaciones por las fiestas decembrinas, así que estoy emocionada por saber.

—Hey, ¿ya estás lista?— observo a Michael quién camina hasta mi por el pasillo de los elevadores, asentí acercándome a él, tomando su mano y entrelazando nuestros dedos. Él usaba un súper traje negro y sin corbata, se veía muy bien.

—Lista— sonreí apreciando su cabello atado en media coleta el día de hoy, sus rizos son tan brillantes.

—Lo siento tanto, linda— él hace una mueca mientras entramos a los elevadores— Louis me llamó y dijo que tenemos una reunión en Miami ahora y tenemos que ir, son cosas de trabajo— presiona el botón de la planta baja del Campo y nos movemos, pero solo suspiré cuando escuché lo que me dijo.

—Bueno, será otro día— asentí rendida.

—Se que ayer la pasamos muy bien y te prometí que hoy desayunaríamos juntos pero me surgió esta reunión de emergencia— Michael toma mi rostro entre sus manos mirándome fijamente— Voy a compensártelo.

—No te preocupes, Mike. Yo lo entiendo, y entiendo que eres un hombre ocupado— solté una risita— Iré por mis calificaciones y te contaré como me fue cuando regreses— afirmé intentando sonreírle un poco.

—Se que saldrás muy bien, te has esforzado mucho y soy testigo— él besa mi frente— Eres brillante, Amelia, nunca dejes que nadie te diga lo contrario.

Ahí están otra vez esas estupidas mariposas en mi estomago!

Me paré de puntitas levemente para besarlo, sus manos bajaron a mi cintura acercándome más a él, su tacto estremeció mi piel y ahora llevé mis manos a su cabello enredando mis dedos en él. Sentí como el elevador se abrió en el piso de abajo pero no quisimos romper nuestro beso.

—¡Que lindos!— escucho un chillido que podría reconocer en todas partes.

Giré la cabeza levemente topándome con Mila emocionada del otro lado de las puertas.

—Buen día, Mila— reí por lo que acababa de pasar.

—Hola, Lía— ella me saluda— Buenos días, Rey— ahora saluda a Michael, él también se ríe un poco.

—Buenos días, señorita Foster— le responde y después me mira a mi nuevamente— Te veré después, linda. Suerte— susurra para mi y deja un último beso en mi mejilla— Te quiero.

—Yo más a ti— contesté encantada.

—Con permiso, señorita Foster— Michael se despide elegantemente de Mila pasando a su lado y saliendo del elevador.

—Adiós, señor— ella dice y cuando se ha ido, Mila gira hacia mi y con la cara llena de emoción dice— ¡Son perfectos juntos!— exclamó.

—Ese hombre me fascina, te lo puedo jurar— suspiré con una enorme sonrisa y ahora yo salí del elevador.

En el día no hicimos mucho, todas estábamos con los pelos de punta antes de que nos dieran nuestras calificaciones, al menos, Mila y yo estábamos en la cafetería tomando algo para merendar mientras ella revisaba mi computadora a cada momento para que en cuanto aparezcan las calificaciones lo sepamos. Otras chicas también estaban aquí esperando lo mismo, era un día tranquilo pero emocionante.

𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 | Michael Jackson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora