galletas de... ¡supéralo ya!

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¿Alguna vez han sentido tanta felicidad que no pueden dejar de sonreír?

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¿Alguna vez han sentido tanta felicidad que no pueden dejar de sonreír?

Bueno, hoy era uno de esos días para mi.

—¿Entonces no querías bajar a la cafetería por eso?— Michael suelta una risita.

—Lo se, es algo loco pero no quería ver a esa mujer de ninguna manera— confesé y sostuve mejor su cuello— Pero ahora ya no me importa porque se que estás loco por mi— dije divertida y besé sus labios rápidamente.

—¿Cómo no ibas a volverme loco?, mírate en un espejo— él sonríe y besa mi mano— Cambiando de tema, ¿estás lista para tu clase de repostería de hoy?

—Así es, haré galletas otra vez, serán de nuez y Mila me ayudará, la navidad es la próxima semana y la maestra le ha asignado otros postres navideños a las demás chicas, solo espero que esta vez me salgan mejor las galletas— rodé los ojos riendo.

—Pero las que hiciste en la demostración estaban buenas.

—Pero no lo suficiente, tu mismo dijiste que les faltaban canela, así que quiero mejorar— toqué la punta de su nariz con mi dedo y me paré de sus piernas acomodando mi ropa un poco— Ya debo irme, la clase iniciará pronto y debo conseguir el mejor horno de la cocina de la cafetería para que mis galletas salgan perfectas, solo espero que tu amable ex novia no saboteé mi receta o le ponga veneno a la mezcla— bromeé caminando hasta la puerta.

—Eres tan ingeniosa— escucho como Michael ríe caminando detrás de mi y me abre la puerta como todo un caballero— Espero que todo salga bien con tus galletas, se que serás la mejor— volteo a verlo y asiento parándome de puntitas un poco y besando sus suaves labios— Te amo, linda. Diviértete, nos vemos después.

Desde que nos confesamos que estábamos enamorados uno del otro, somos tan cursis, como una bola de amor.

—Yo también te amo, Mike— le guiñé un ojo coqueta y salí de su oficina para encontrarme con Mila en los elevadores.

—¿Lista?, tengo las recetas en mi celular— ella dice mientras bajamos al primer piso.

—Igual descargué algunas para que de todas veamos cuál es la mejor y las galletas queden increíbles— aplaudí emocionada.

—Esa sonrisa me dice que quieres que El Rey quede encantado con las galletas— Mila me golpea varias veces con su codo amistosamente y yo sonreí.

—¿Qué comes que adivinas, amiga?— pregunté divertida y ambas nos dirigimos a la cafetería.


(....)

𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 | Michael Jackson Where stories live. Discover now