un mundo muy pequeño

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NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS

El frío congelaba mi cuerpo y siento que no puedo ni caminar, salí de vestirme con un suéter grande y pantalones que me pudieran calentar ya que en cualquier momento voy a volverme de hielo.

Michael salió también del pequeño vestidor que había en la habitación, estaba bien abrigado y listo para irnos.

—¿No podías conseguir a una nutrióloga que viviera en un lugar, ya sabes, menos frío?— le pregunté soplando mis manos para entrar en calor.

—Linda, se que Nueva York es una ciudad bastante fría en cualquier época del año, pero le pedí a Louis que consiguiera a la mejor para ti y a quién vamos a ver lo es— él me extiende su mano para que yo la tomara.

Refuté.

Salimos del cuarto del hotel y esperaríamos a Louis en la recepción.

Si, estábamos en Nueva York, lugar donde jamás había venido, y me alegraba conocer esta ciudad al fin pero no sabía que tan frío era por aquí, Michael ya conocía por obvias razones así que para él esto era normal, pero yo quiero volver a Miami donde todo es más cálido.

Desde que volvimos a estar juntos y yo acepté tener a nuestro bebé hace unos días, creo que jamás me sentí más cuidada, realmente él se estaba esforzando para que todo estuviera bien entre nosotros y el asunto del bebé, o quizás solo para que no me arrepienta.

El detalle aquí está en que Michael quiere que todo mi embarazo sea bonito, feliz y sobre todo saludable, tan saludable que hizo que su asistente consiguiera a una nutrióloga para que me diera una dieta especial y balanceada, pero él necesitaba a la mejor, y aparentemente la mejor estaba aquí en Nueva York, así que volamos de inmediato para acá.

Casi me da un mini infarto cuando el avión despegó, pero llegué viva, era mi primera vez viajando por ese transporte.

—Buen día, Señor Jackson y Señorita Karev— Louis nos saludó al vernos bajar a la recepción, tenía en sus manos la tableta digital donde llevaba todo el control de las reuniones y asuntos de mi novio.

—Buen día— respondimos los dos.

—¿La cita de Amelia está lista?— Michael le pregunta.

—Así es, señor, es en el edificio Hill a un costado de Central Park, pero debo comentarle algo— el chico hace una mueca— Hace una hora el Señor Quadri me llamó diciendo que quería verlo a usted en una cafetería cerca de su hotel.

—¿Oscar está en Nueva York también?— Michael frunció su ceño.

—Así es, quiere salir con usted— Louis acomoda sus anteojos.

—Bueno, pero ahora debo ir contigo y la nutrióloga— Michael me mira.

—Si quieres ve con Oscar, iré yo sola a la cita— le dije tranquilamente— Es a un lado de Central Park, no es muy lejos de aquí, creo— reí.

—Pero no conoces la ciudad, linda— él hace una mueca— Además vine contigo, no te dejaré sola.

—Anda con tu amigo, se que no conozco Nueva York pero me gustaría hacerlo, puedo ir sola, de verdad— intenté sonreírle— Solo necesito que Louis me de la dirección exacta del lugar y preguntando o en un taxi seguro que llego.

𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 | Michael Jackson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora