|𝐋𝐀 𝐎𝐑𝐃𝐄𝐍| 23

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CAPÍTULO 23

Dominic

He aprendido con Emilie, que no debo ir contra ella o su estado de ánimos sino avanzar a la par, por ello cuando emerge del baño rabiosa la invito a irnos a la ciudad, un hotel. Tengo el trato cerrado de la nueva casa, pero ella no lo sabe y me gustaría sorprenderla. Amara el lugar, estoy seguro de que imaginara a nuestros hijos viviendo felices y corriendo en el jardín, necesita algunas mejoras quizás un muelle privado para nosotros y dada mi experiencia un helipuerto, ya tiene la piscina olímpica. Es apartada, nadie nos molestara.

—Mia reginna —susurro besándole el hombro. Me ha sobornado para quedarnos un poco más y jura tener sueño. Quizás sea real y no una estrategia para evadirme.

—No quiero hablar contigo —revira golpeando mi mano.

—¿Qué quiere mi mujer?

—Que dejes de ser un imbécil —gruñe en respuesta.

—Te extrañe, nena cada día a toda hora.

—No lo parece.

Decido optar por la verdad y expresarle mis tormentos.

—Siento que te falle, nuevamente. Kain escapo —confieso y eso la hace girarse a mirarme, esta desnuda bajo las sabanas, una tentación extra. No puedo dejar de observarla y tocarla siempre que tengo la oportunidad, por ello le acaricio su mejilla—. Me desquite con Roth.

—¿Cómo...?

No quiero especificar los detalles, recordarle la mierda de hombre que es Kain Ivanov. ¿Hombre? No, es una misera rata.

—Roth decidió salvar la chica...

—Aquella que llego con ustedes —medita—. ¿Él la violo? ¿Kain la abuso cierto? —Su voz se quiebra y la abrazo, pegándola en mi pecho desnudo. Es intuitiva. Claro que llegaría a esa conclusión— Y, ¿estabas molesto por eso?

—Si —admito. No se trataba de Roth, sino de que llegamos tarde y jodio otra chica, de que le falle a mi esposa. Cuando elimine a Kain no borrare su dolor o ese fantasma, pero al menos sabre que no estará nunca a su alcance lastimarla.

—No vuelvas a tratarme así —implora escondiendo su rostro de mi—. Abajo en la escalera no me gusto.

—Em, no te lastimaría nena. Solo debes decirme...

—Lo sé, y me refiero a que no quiero estar contigo en esa posición. No así —Emilie desde Paris ha jurado que supero esa noche, pero para ninguna mujer será fácil. Por ello odio a Kain, le arrebato la oportunidad, ese no. Y me siento de la mierda, dándome cuenta de que, incluso si no quería ella no se atrevió a decirme "No" sabiendo que me detendría en el acto.

—Soy tu esposo, Emilie y eso no me da derecho... Si no quieres, si te sientes incomoda o cualquiera que sea la razón. Me detienes, amor. Solo dices, no y me detendré. No quiero que hagas nada en contra de tu voluntad, ¿entendido?

—Son las hormonas.

No es solo eso, es todo. Ese equipaje que lleva a cuesta y del cual ahora estoy enterado. Ella es mi guerrera.

Sentir su cuerpo junto al mio me calma, da sosiego a mi alma salvaje. Besos la cima de su pelo y la dejo dormirse tranquila en mis brazos, haciéndole caricias en su hombro, hasta mas tarde cuando un toque en la puerta me arrastra del sueño, parecía empezar a quedarme dormido. La muevo con calma, dejándola dormir un poco mas y salgo de la cama, agarrando mi pantalón. Me sorprende que sea Roth en la puerta.

—Raze esta discutiendo, eres el único a quien escucha.

—¿Realmente escucha? —siseo saliendo y dejando la puerta cerrada a mi espalda.

EL CAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora