Capítulo 34

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El sudor escurría por su cuerpo de forma constante pues no estaba parando a descansar ni un solo minuto, concentrado totalmente en su objetivo. Sabía que no podía excederse o terminaría siendo contraproducente, por lo que vigilaba celosamente su estado para detenerse en el momento justo. No podía ser antes, ni después. Estaba determinado a ello.

Al saberse ya en el borde, cesó finalmente sus ejercicios y tomó su toalla de mano para secar su rostro mientras daba pesados jadeos extenuados, sintiéndose ligeramente bien al haber conseguido su cometido del día.

Pensando repentinamente en ella, los pensamientos negativos trataron de regresar nuevamente llenándolo de una sensación incómoda, pero frenándolos en el acto gruñendo molesto por su estúpida debilidad, se levantó de un salto para despejarse. No volvería a caer en el error de no controlar sus emociones. Nunca más.

Que ella y sus otros compañeros estuvieran en la residencia era sólo el reflejo de su buen desempeño y decisiones, recordándole que tenía que concentrarse en dejar atrás toda la mierda y centrarse en el futuro, pues si no salía de allí jamás podría cumplir su sueño.

Sí, se había molestado al enterarse de que ella iría a realizar tan importante avance en su carrera de héroe mientras él aún seguía atascado en la clases provisionales, no pudo evitarlo; pero justo por eso se había ido sin decir nada; para tragarse su ego empujándolo hasta lo más profundo de su pecho y conseguir hablar luego con ella con total naturalidad, sintiéndose mucho mejor cuando se dio cuenta que había conseguido controlar esa parte mezquina suya y vio como la albina relajaba su tensa expresión y volvía a mirarlo como siempre solía hacerlo.

Asuka no tenía porqué volver a pagar por sus arrebatos. Nadie tenía que. Por eso, poniéndose manos a la obra para superarlos, empezó a entrenar su mente y su cuerpo decidido a recordarles a quién era él y hacía dónde iba. Después de todo, ese siempre había sido su objetivo. Ser el héroe número uno del mundo. No podía permitirse retroceder otra vez. A partir de ahora, iría siempre hacia adelante.

Dirigiéndose a la esquina del gimnasio para tomar un trago de su botella de agua, se encontró pensando de nuevo en su albina pero esta vez sin rastro de oscuridad, deseando que ella y el pelos de mierda regresaran pronto y todo hubiera ido bien.

❣ ❣ ❣

—Esos matones siguen metiéndose en peleas a diario. —Comentaba el héroe profesional Fat Gum mientras caminaba por las calles de la ciudad de Esuha, seguido de cerca por los estudiantes que estaban a su cargo en la residencia. —Tengo hambre.

Los cuatro héroes patrullaban como era su deber, con Asuka y Eijiro observando a su mentor con amplias sonrisas, mientras Tamaki, un poco rezagado, mantenía la cabeza baja sin conversar a penas. Ambos menores se encontraban muy emocionados al estar al fin en su residencia, motivados por el orgullo de que su superior los hubiera recomendado al confiar en sus habilidades.

Kiyama absorbía todo su entorno con avidez, decida a no pasar por alto nada y recordar todo con claridad. Se sentía un poco nerviosa, pero también muy cómoda con la compañía de aquellos dos héroes tan talentosos que sabía la iban a guiar por el camino hacia cumplir su sueño.

Para quien pudiera notarlo, el traje de heroína de la joven águila tenía un ligero cambio para aquella época en donde el frío empezaba a sentirse. Largas medias negras que iban desde el comienzo de sus garras hasta el final de sus muslos, la calentaban gracias a su tecnología térmica, que no sólo estaban adaptadas para su particularidad, sino que el material elástico se adhería perfectamente a su piel y se expandía sin problemas cuando debía retirarlo. Era sin duda uno de esos avances que le iban la mar de bien a personas como ella, que solían tener problemas con muchas prendas de vestir.

Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon