Capítulo 23

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Los sueños de Katsuki estaban siendo muy placenteros esa noche. El aroma a flores que se había convertido en uno de sus favoritos inundaba sus sentidos, llenándolo de una paz relajante que hacía su mente divagar en una neblina de calidez y brillo, en donde los recuerdos de caricias y besos húmedos eran protagonistas. Si hubiera podido decidir, se hubiera quedado así por más tiempo, pero cuando el calor empezó aumentar considerablemente hasta hacerlo empezar a sudar, sus ojos finalmente se abrieron.

Parpadeando lentamente para aclarar la vista, el platino se removió para tratar de deshacerse de la bruma que aún nublaba su cabeza, pero al realizar aquel movimiento algo pesado reprimió su cuerpo, activando su mente de inmediato.

Al girar la cabeza en dirección a la fuente de la presión, una cabellera blanca y un delicado brazo descansando sobre su pecho fueron visibles, y sólo bastaron dos cortos segundos para que el rubio recordara dónde y con quién se encontraba.

—Mierda. —Murmuró entre dientes al sentir su corazón acelerarse intensamente, estando ya todos sus sentidos alerta.

Asuka durmiendo en su cama recostada contra él. Joder. Aún le era difícil creer que algo así estuviera ocurriendo. No es que se quejara, jamás se quejaría maldita sea, pero la situación era tan alucinante que por un momento pensó en golpearse la cara para saber si aún estaba dormido.

Con lentitud, el chico estiró el cuello y hundió la nariz en la coronilla de ella, aspirando su aroma floral pensando en que no había olor más embriagador y delicioso, le gustaba demasiado; pero la satisfacción de tener a la chica allí con él le duraron poco al de ojos rojos, pues al finalmente prestar atención a su realidad y escuchar los leves jadeos que ella estaba dando, fue que entendió la razón por la cual se había despertado en mitad de la noche; la fuente de calor era Asuka.

—Mierda. —Repitió Bakugō pero ahora con un tono completamente diferente, poniendo su mano sobre el cuello de su novia comprobando que efectivamente estaba ardiendo en fiebre.

Levantándose con cuidado, prendió la luz de su lámpara de noche y sostuvo a la albina entre sus brazos, viendo cómo su respiración estaba acelerada y sus mejillas muy enrojecidas, evidenciando que al parecer llevaba así mucho tiempo.

Soltando otra maldición entre dientes, el héroe acomodó con suavidad a la chica sobre su cama y salió disparado a la cocina, pensando en hacer exactamente lo mismo que ella había hecho por él esa noche. Era el momento de devolver el favor.

•••

Tres furiosos golpes en la puerta sobresaltaron a Masaru intensamente, despertándolo de su sueño en medio de una reacción brusca; pero a pesar de que se levantó con un movimiento inesperado y los golpes se repitieron con más insistencia, los leves ronquidos de su mujer no se detuvieron.

Tomando sus anteojos de la mesa de noche, el castaño se levantó de la cama y se puso sus pantuflas, caminando hasta la puerta mientras trataba de aclarar la mente y pensaba en qué estaría pasando a esta hora de la madrugada.

—Katsuki. —Musitó el hombre observando a su hijo al abrir, inquietándose al notar la expresión preocupada de su rostro. —¿Qué sucede?

—Es ella. —Dijo el rubio con tono grave, mirando a su padre con ansiedad. —La fiebre está subiendo.

Frunciendo el ceño de preocupación, el de lentes salió para cerrar la puerta sigilosamente tras de sí, y susurrándole al joven un —Vamos. —fueron en busca de Kiyama.

•••

—Hijo, ve a llamar a tu madre. —Pidió el señor Bakugō mirando la temperatura de la chica en el termómetro que había retirado de debajo de su brazo. —Está en 39º, si no conseguimos bajar la fiebre tendremos que llevarla a urgencias. Puede ser peligroso.

Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]Onde histórias criam vida. Descubra agora