Capítulo 10

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Olía bien. Olía realmente bien.

El aroma a flores se extendía por todos sus sentidos, y le agradaba. Se sentía en paz mientras olfateaba aquella esencia, lo tranquilizaba. Quería identificar la fuente de aquel agradable efluvio, pero no conseguía moverse de donde se encontraba. Qué era esa calidez que lo inundaba?

—Por favor...

Oyó que alguien decía muy cerca de su oído. De quién se trataba?

—Lo odio... por favor...

Su mente empezó a aclararse poco a poco, mientras escuchaba esa voz y la identificaba.

—No más...

La angustia que fue capaz de percibir lo hizo abrir sus ojos de golpe, pues ahora sabía bien a quién pertenecía.

Bakugō parpadeó varias veces antes de poder enfocar la vista. Se sentía inquieto y preocupado ahora a diferencia de hace unos segundos, pero cuando se dio cuenta de dónde se encontraba y bajo qué circunstancias, su corazón dio un traqueteo.

La chica de cabello blanco estaba durmiendo en su hombro, muy, pero muy cerca suyo. Él tenía casi enterrada la nariz en su cabello, dándose cuenta que era de allí de donde provenía el aroma a flores. Cuándo demonios había terminado así de juntos?

—Déjenme ir... por favor...

Ella hablaba dormida.

Entendió enseguida que ella estaba teniendo un mal sueño y su voz angustiada era la que lo había despabilado. Debería despertarla? Era seguro que lo estaba pasando mal, pero la verdad era que estaba tan paralizado al sentir tan cerca su cálido aliento que no creyó que fuera capaz de mover un músculo en este momento. Sin embargo, cuando oyó como ella empezaba a sollozar, su cuerpo se movió en seguida.

—Oye, despierta —Dijo con tono firme pero bajo, tratando de no hacer tanto ruido pues aún era mitad de la noche —Oye!

Pero ella no despertaba, la expresión de su rostro se ponía cada vez más afectada y cuando las lágrimas empezaron a fluir, el chico dio un salto arrastrándola con él para levantarla.

—Despierta, Kiyama! —Casi gritó, tomando a la chica por el brazo con la mano libre y viendo como sus ojos dorados se abrían por fin de golpe.

La mirada aterrorizada de ella lo dejó sin palabras, pues nunca antes la había visto temerle a algo o a alguien, jamás.

—Baku... Bakugō-kun? —Tartamudeó ella con sus ojos completamente abiertos —Dónde... dónde...?

—Estamos en mi casa, te quedaste anoche —Respondió él anticipando su pregunta, frunciendo profundamente el ceño —Qué coño te pasa?

—Yo... yo no... —Balbuceó ella con expresión confundida, mirando en todas direcciones mientras recordaba todo —Es que... estaba oscuro y... hacía frío... y yo...

Las lágrimas de ella aumentaron y el platino quiso decirle que se calmara, que sólo había sido un tonto sueño, pero cuando la joven clavó en él esos hermosos ojos dorados llenos de angustia y se lanzó contra su pecho, se quedó tan estupefacto que no fue capaz de pensar en nada más.

Sintió el aroma floral de ella extenderse por sus sentidos y su corazón estalló en una fiera carrera al ver como ella sollozaba contra él, enviando una contradictoria sensación por todo su cuerpo. No podía soportar que ella lo tocara, no justo ese día que habían pasado tantas cosas vergonzosas, no en ese momento en que ella se veía tan vulnerable. El deseo de abalanzarse sobre Asuka se alzó en su interior y la furia lo llenó al sentirse tan controlado por ella. Era algo que no estaba dispuesto a aceptar.

Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ