Capítulo 36

3.4K 231 279
                                    

Asuka esquivaba con precisión todos los ataques que llovían sobre ella, concentrada en ver, escuchar y sentir con sus garras lo que se avecinaba. No podía fallar.

Había fijado en su cabeza la meta de fortalecerse en tiempo récord y superar sus límites, obsesionándose con realizar a la perfección cada movimiento, cada contraataque, cada acometida; pero últimamente, aquella resolución que siempre la había ayudado a avanzar le pesó tanto, que erró en el cálculo de un esquive y cayó estrepitosamente al suelo.

—¡Levántate! ¡No voy a tener misericordia! —Gritó su oponente preparando el siguiente ataque, haciendo resonar los estallidos provenientes de sus palmas con intensidad.

Alterada, la joven trató de ponerse en pie gritándose internamente por semejante error tan estúpido, pero percibiendo aquella detestable pesadez frenar todos sus músculos, comprendió que no conseguiría apartarse a tiempo.

Su instinto se activó entonces haciéndola cubrir con brazos y piernas sus puntos vitales, preparándose para el golpe, Sin embargo, el impacto fue redireccionado en el último instante estallando en el aire muy cerca de ella, y sintiendo repentinamente un gran peso sobre su cuerpo inmovilizándola contra el pavimento, se quedó muy quieta hasta que finalmente se dignó a bajar los brazos para plantarle cara a su contrincante.

—¿Qué mierda fue eso, Asuka? ¡Eso no fue ni el cincuenta por ciento de lo que te he visto hacer! —Espetó Bakugō con crudeza, provocando que Kiyama se encogiera y fuera incapaz de seguir sosteniendo su mirada. —¡Dime de una jodida vez qué es lo que te está pasando!

La joven apretó la boca y cerró los ojos con fuerza tratando de mantenerse en una pieza, pensando en que sólo tenía que seguir esforzándose para hacer las cosas bien, pero al ser éste su quinto intento fallido por mantener una pelea justa con Katsuki, la muralla que había logrado construir a su alrededor para mantenerse fuerte se derrumbó definitivamente, provocando que rompiera a llorar desconsolada mientras se cubría el rostro con las manos.

Envarándose de inmediato, el platino percibió el ambiente tensarse entre ellos de una forma que hacía mucho tiempo no lo hacía, ofuscándolo terriblemente; por lo que dando un fuerte gruñido dio por finalizado el entrenamiento de aquel día.

—Maldita sea, ojos de oro. —Exhaló tomándola por los hombros para levantarla del suelo y observar si acaso estaba herida de modo alguno; y al asegurarse de que no era el caso, se sentó frente a ella y esperó, rígido, a que terminara de sacar eso que sabía había estado guardando por todos esos días.

Asuka sollozó por largos minutos antes de finalmente quedarse sin lágrimas, comprobando que no había sido buena idea haber estado reprimiendo sus emociones por tanto tiempo, pero justo cuando estaba lista para elevar su rostro y enfrentar a su novio para darle alguna excusa, varias voces empezaron a escucharse cada vez más fuertes afuera del gimnasio, evidenciando que un grupo se acercaba y pronto tendrían compañía.

—Katsuki-kun, vámonos de aquí. ¡Nadie puede verme así! —Suplicó la joven de golpe mirando al rubio con infinita angustia, haciéndolo pasmarse unos segundos antes de soltar otro gruñido y ayudarla a levantarse para irse pitando de allí.

La pareja corrió y dejó del gimnasio justo a tiempo, escabulléndose por una de las salidas de emergencia que los dejó a la orilla del bosque que rodeaba la U.A., y cuando Bakugō avanzó entre los árboles y se supo bien a cubierto para no ser molestados, se detuvo en un pequeño claro y encaró a Asuka luego de verla limpiar su rostro con manos temblorosas.

—Habla. —Ordenó cruzándose de brazos en pose autoritaria, taladrándola con sus orbes carmesí de forma tal, que la albina apretó la boca en una fina línea.

Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]Where stories live. Discover now