Last Piece ▪︎ GoYuu

Sehnsucht.

...

"El incontrolable deseo en el corazón del hombre hacia no se sabe qué."

>> ¿Cómo termine así?

El pelirosa se encontraba en la cocina haciendo el almuerzo.

Resulta que, tras el pequeño obsequio de ayer, el albino le pidió – por no decir que exigió – que fuese él quien se encargara de preparar sus comidas desde ahora. Aun podía oír los claros berrinches que hizo cuando se negó en un principio, unos que te hacían cuestionarte cómo es que había logrado adquirir el puesto de líder.

Es decir, ver a un alfa pataleando en tu cama mientras hacía pucheros y prácticamente amenazaba con que "no iba a comer nada que no fuese hecho por Yuuji" y que si moría por desnutrición sería completamente su culpa, no era habitual.

Termino rindiéndose cuando este empezó a detallar como debían realizar su funeral y la supuesta condena que debería cumplir por maltrato junto al daño emocional contra su persona. Aunque se sintió embaucado cuando este de un instante a otro se paro con una enorme sonrisa y le llevo a la cocina.

Sentimiento que aumento cuando supo por las mismas empleadas que Satoru ya les había indicado que no tendrían que encargarse más de dicha tarea.

Era un alfa caprichoso y terco, sí. Pero, no podía negar que se alegro mucho cuando le vio disfrutar el desayuno que le había preparado.

Mucho menos que tuvo que disimular varios sonrojos cuando le halagaba.

Y que, inconscientemente, le gustaba que Satoru quisiera dichas atenciones de él.

>> Es un idiota, pero uno encantador.

No tuvo tiempo de procesar ese fugaz pensamiento.

Pues el causante había llegado y su atención se enfoco completamente en él.

          [...]

Tras haber almorzado, Itadori se había quedado ayudando a ordenar lo que el mismo ensucio. Mientras que Gojo le aviso que estaría en su oficina revisando algunas cosas, dejándole en claro que si lo extrañaba podía ir con él.

El pelirosa solo pudo suprimir su timidez ante el recuerdo.

Más que nada porque se había dado cuenta que las mujeres tenían cierto sensor, pues más de una mirada bastante inquisitiva por parte de las empleadas había caído sobre él cuando se sonrojo por el comentario del líder de la tribu.

¿Y cómo no? Si este parecía tener cierto fetiche por hacerlo avergonzar.

Removiendo su cabeza, termino de guardar la loza en las correspondientes estanterías, dándose la media vuelta para ver si quedaba algo más. No obstante, bastante sorprendente fue encontrarse con la mirada de la sirvienta sobre él. La inquietud apareciendo cuando esta no aparto sus ojos de él.