Un loco en Highschool DxD

Un loco en DxD[9]

En la fría noche el viento ondeaba las hojas en los árboles del bosque.

Mientras que la luna comenzaba a hacerse visible dejando en claro la hora y el día de la semana.

Una luna creciente anunciaba la llegada de Elver a su residencia y en este momento el joven miro a sus alrededores.

Había tomado un pequeño paseo, para dejar que el viento frío abrazara la dermis en su rostro, mientras que una caminata sin destino dejará alumbrar su próximo camino.

Caminando por algunos minutos que rápidamente se hicieron horas, reflexionó sobre su posición.

No es que dudará de su deseo en hacer una masacre con lo sobrenatural, era más algo como si al llegar a este mundo los sentimientos lo afectasen aún más.

Eso era malo según la experiencia del pelinegro, el vio como sus antiguos familiares se dejaban pisotear al dejarse llevar por los sentimientos y lazos familiares.

Mientras que Elver resopló recordando su vida, cuando asistía a la primaria era un niño un poco obeso, y sus compañeros simplemente hacían de él un saco de boxeo.

Mientras que también recordó como sus antiguos padres lo golpeaban por simplemente existir o pedir un poco de comida, también recordó el día en el que lo conoció, era solo un canal de Youtube que visitó al robar un celular.

La filosofía y psicología se engancharon a él, como si fuese una especie de cáncer sin cura.

Mientras que pasaban los años llegó a la conclusión de que los sentimientos simplemente lo perjudicarían, llegó a este mundo siendo un desgraciado en vida.

Sin dinero, sin familia, sin atractivo físico, y aún menos sin fuerza. Entonces se puso la meta de ser un desgraciado robando y golpeando a quien pudiese.

Una vez termino de recordar tiempos pasados, ya estaba parado a pocos metros de su residencia.

Con otro resoplido entró para armarse, jeringas llenas con sus drogas mentales, su pantalón negro cargado con sus armas, y guantes de cuero animal.

Había perdido su anterior equipo y al menos debería reemplazarlos con ropa normal.

Elver vestía como un hombre elegante de negro, con pantalones obscuros, camisa negra fina y un abrigo ajustado hecho de seda.

También llevaba sus guantes negros.

Parecía que el adolescente estaba de luto, pero simplemente le gustaba el color obscuro.

El timbre que sonó anunció la llegada de un invitado.

Y luego simplemente el pelinegro volvió a resoplar, imaginando quien podría ser.

Abriendo la puerta con algo de vacilación Elver divisó como una especie de mayordomo bien vestido con un traje negro y blanco estaba parado erguido, en la entrada de su residencia.

-Señor, me presento. Mi nombre es Kuro, vengo a llevarlo donde Lord Fénix. Avíseme cuando esté listo, y me adelantó al informarle que su familia lo espera.

Elver lo mira curioso, el hombre de edad media desprendía elegancia con solo su presencia.

Entonces se dispuso a filosofar su actual situación, si asistía a la cena de los Fénix, se arriesgaba a ser interrogado de manera indirecta.

Mientras que si se negaba no podría obtener información sobre las demás facciones, quizá podría tener una leve charla con los Fénix sobre los caídos y ángeles.

Con un suspiro supo que si los demonios lo quisieran muerto, el ya estaría bajo tierra. No podría ganarle a un Maou, al menos no por ahora.

-¡Bien!, vamos ahora, tu guías el caminó.