Un loco en DxD[17]

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Koneko grito en agonía, su mano derecha totalmente destrozada y calcinada al simple tacto con la piel del pelinegro.

-Koneko-san.

Asia grito, para correr hasta la posición de la nekomata para intentar curarla.

-Am, si, no deberías intentar tocarme pequeña Loli albina. Mi piel es demasiado resistente, sin contar que estoy rodeado de mi fuego puro, es solo un consejo.

Dijo, Elver tan relajado y tranquilo, como si no estuviera en la presencia de los niños mimados del Inframundo.

Los observó un poco desanimado, pensó que harían algo más al respecto con su presencia, pero, estaban ahí pareciendo fuertes y erguidos.

Y, sin embargo estaban demasiado asustados, los líderes de las facciones estarian demasiado ocupados con el papeleo para la nueva reunión. Por la paz.

Así que sería muy improbable que ellos interfieran.

Elver continúo observándolos, koneko termino de curarse gracias a la rubia ex monja, estaba aburrido.

-Tengo una idea mis estimados diablos, que les parece si me dejan a ese tal Issei para experimentar un unos días, mientras vosotros estáis tranquilos y relajados esperando el regreso de su dragón Oppai.

Exclamo.

Y, sin embargo, fue tal y como el pelinegro predijo, los demonios tensaron sus músculos, y ni siquiera ocultaron su desagrado ante las palabras de su actual enemigo.

Al parecer todos los Gremory observaron al mestizo con demasiada furia, sin obtener resultados.

Entonces un brillo se hizo visible en la consciencia del pelinegro, debía divertirse un poco, ya que estaba demasiado aburrido a causa de la nuevas cosas acontecidas.

-Am... creo que sí... Rías Gremory, hoy no sales de acá en una pieza, y tú Issei no tendrás descendencia.

Dijo, Elver mientras expresaba locura en su calmado rostro.

Desapareció en velocidad.

Apareciendo detrás de Issei, pateándolo en la entrepierna, conteniendo su fuerza, claramente para que no se desmaye por el dolor, ni el daño recibido.

El Sekiryuutei de a su cuerpo caerse, sintiendo el dolor de como sus partes privadas fueron casi destrozadas por dentro.

Guiando sus manos para agarrarse con fuerza esa parte, como si el agarre en su mano aliviará el dolor.

No grito, no hablo, más bien, no podía decir nada. El dolor lo dejo sin aliento.

Elver volvió a desaparecer, antes de que los diablos pudiesen reaccionar, apareciendo detrás de Kiba.

Con el bastón de Sun Wukong en mano, lo clavo por el trasero de este, de una manera rápida y dolorosa, había entrado veinte centímetros.

Y, sin embargó, Kiba si grito en agonía, para dejarse caer a causa del pesado bastón.

-¡Kiba, Issei!.

Gritaron Asía, Akeno y Rias Gremory, con intenciones de auxiliar a sus compañeros.

No obstante, Elver los detiene usando una pared de fuego, para proceder a esquivar un ataque de magia combinada, cortesía de los demonios Sitri.

-Pronto será su turno.

Exclamó Elver, para hacer una cúpula de fuego purificador alrededor de los diablos de Sona, dejándolos encerrados en una bola de fuego que giraba alrededor y por encima de ellos.

Un loco en Highschool DxDWhere stories live. Discover now