Un loco en Highschool DxD

Un loco en DxD[13]

Elver saltaba por los árboles en el bosque, con los rasgos felinos activados, y alerta por alguna anomalía.

Lo más seguro es que la demonio Sitri ya informará sobre su existencia, ¡entonces!.

La mejor opción era pasar lo más desapercibido posible, usaria el dinero previamente adquirido para comprar una residencia alejada de la sociedad.

Llegando hasta una zona alejada.

-Mm, Mittelt, ya puedes salir, nos descubrieron, y ahora tenemos que salir del ojo público.

La niña caído menciónada, sale de las sombras, casi pareciendo que ella también fuese uno con lo obscuro.

No importaba de todos modos, no ahora. Mittelt tenía una expresión relajada, si es que acaso le disgusto lo que escuchó, no lo demostró.

-Ya veo, supongo que quieres encontrar una residencia alejada, para continuar con tus investigaciónes.

La sonrisa en la cara del pelinegro, confirmo las sospechas de la caído.

No obstante, había algo que le llamó la atención, un aspecto que no había notado antes.

-¿Que son esas orejas y cola?.

Elver procede a tocarse las orejas, como si lo que dijo la niña lo sorprendiese.

Sin embargo, su sonrisa nunca disminuyó ni siquiera por un milisegundo.

-Nada importante, mi querida Loli, ¿acaso te gustan mis orejas?.

Preguntó Elver, mientras usaba sus manos para ponerlas en una posición de gato con un, "nya". De parte del pelinegro, cuando hacia una pose de gato como en los animes.

La caído trago en secó, no por la sorpresa, sino por lo raro que se veía esto.

Un hombre, aún que adolescente, haciendo esas cosas, era, ¿Raro?.

Ni siquiera sabía cómo describirlo, no obstante, su mente se concentró más en lo primero mencionado.

-¡Oye!, No soy una Loli, tengo tu misma edad, incluso podría jurar que soy mayor que usted.

Elver sonríe, ¡Claro!. No sería Mittelt si no hacía ese comentario, con un, "vale, basta de charla, hora de trabajar".

Por parte del pelinegro, los dos confirmaron sus proximos movimientos, únicamente con la mirada.

Pasando algunas horas, el medio día alumbraba con fuerza.

Mittelt y Elver estaban en una casa de estilo campesino a la afueras de la ciudad.

Una cabaña de madera para ser más exactos, a pesar de la madera vieja por la que se componía la casa.

Era una residencia en muy buen estado, con sus diez compartimientos adentro de la misma, afuera rodeado por un campo verde de casi 100 metros a la redonda.

Toda una propiedad hecha para la siembra y cosecha.

No obstante, esto era perfecto para esconderse.

Mittelt, estaba en la sala sentada en una silla de madera común, no es que le importase de todos modos.

Más pronto que tarde Elver llega hasta la habitación, sentándose en el lado contrario de la caído.

-¡Bien!, Mittelt, ahora tu tienes piezas para un séquito, o nobleza como quieras llamarlo. Tu buscaras a más gente que te sirva, mientras que yo continuo con mis experimentos, ayudándote desde las sombras cuando sea necesario.

El rostro relajado de Mittelt daba a conocer que no estaba a favor, ni en contra del plan mostrado ante ella.

Simplemente, parecía meditar sobre su posición, no parecía querer traicionar la confianza del pelinegro, y si quería hacerlo no lo demostraba.