Un loco en Highschool DxD

Un loco en DxD[25]

Podría sentir muy bien la perdida de sus compañeros, la angustia y el dolor lo quemaban por dentro, torturando lo más de lo que haría cualquier verdugo, le había fallado a su hermana, y demostrado debilidad ante su hermano.

Y no solo eso, dejo que la mujer más pura del cielo cayera en pecado, las cosas que pasaban lo torturaban y quemaban más de lo que cualquier otra persona pudiese hacer, mientras Michael recordaba con lagrimas en los ojos, buenos ratos de mejores tiempos pasaban por su mente, como si está fuese una grabación de vídeo.

Momentos de cuando hablaba de cosas triviales como Gabriel, días en cuando compartían la mesa con sus dos hermanos serafines, como Mael le decía que el tal Issei Hyuodou, o el dragón emperador rojo estaba destinado a traer la paz, momentos en los cuales estaban bajo el cálido abrazo de dios "su padre".

Buenos días, buenos tiempos, y buenas experiencias que hoy no es más que un recuerdo del pasado, no recuerda la última vez que sintió tanto dolor, solo al recordar en todo lo que pudo hacer y no hizo.

Proteger al mundo de la mano del mestizo, cuidar el cielo en honor a su padre, hacer cumplir la palabra de Dios, después de todo el seguía siendo un arcángel fuerte, quizá considerado el más poderoso.

Michael dejo escapar una risa melancólica, riéndose de su propia arrogancia al pensar que era difícil que el cielo cayera en otras manos, burlándose de su ingenuidad al dejar que Axel haga sus movimientos mientras el observaba.

Ahora no puede hacer nada más que lamentarse por lo que pudo hacer y no hizo, las lágrimas que corrían por sus mejillas limpiaban levemente la sangre seca que pintaba su rostro, pasando por sus heridas que no sanaban.

Su propio lamento le dolía, las lágrimas que corría por su cuerpo destrozado al borde de la muerte lo quemaban, sentía la acidez de su propio llanto pasar por las heridas abiertas, y estás eran como echarle sal a las heridas.

Con el estómago destrozado, la boca partida, miles de contusiones arriba y abajo, cortes hechos por su verdugo y varias horas sin dormir a causa del dolor.

El fuego corrupto que lo tenía impedía su curación, y con el su regeneración de magia, el sabía que todo había acabado, al menos para el.

-Yo... ¡Lo siento!. Soy débil.

Unos leves lamentos salieron de la boca del arcángel más fuerte del cielo, pero ese solo era un título, ya que Gabriel había demostrado una fuerza destructiva, pero eso no era importante ahora.

-¿Disculpándose con los muertos?, Michael-sama, ellos no pueden oírte y tú estás a pocos pasos de acompañarlos, ¡Vamos!, Solo tienes que pedir y lo haré. ¡Dilo!, Y te daré una muerte rápida, pídemelo y dejaras de sufrir.

La voz del mestizo que causó todo esto hierve la sangre dentro de Michael, ¿Rogar por una muerte rápida?.

¡No!, El no haría tal cosa, puede que haya sido vencido y humillado, pero jamás rogaría por una muerte rápida, su corazón aún resistía el dolor y las burlas del peli-negro.

Pero en su consciencia y experiencia captó algo, un tono de voz que más parecía de un torturado que de un psicópata, lo que sentía dentro de ese tono de voz, esas palabras y esa forma de hablar era la de alguien que intenta salir, una doble personalidad. Alguien que solo quiere descansar y por fin dormir para siempre.

-¡Ya veo! ... ¿Tu también, eh?, El mundo no es amable con personas como nosotros ... no conozco tu pasado, pero puedo sentir que la vida no fue buena con usted...

Dijo Michael, más para si mismo que otra cosa, quizá lo que sintió era simple delirio de un moribundo, pero tenía la esperanza de que eso no fuera así, ya que esa pequeña fogata estaba siendo apagada por un invierno cruel.