10.

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- Yibo. Yibo.¡Yibo!

- ¿Qué pasa A-Ling? - contestó como si su alma estuviera fuera de su cuerpo mientras removía la leche de su taza con una cucharita.

- ¡Yibo! ¡La tostada!

Al estar en su mundo se había olvidado que el pan estaba en el tostador. Rápidamente lo retiró del aparato pero ya era tarde, lo único que sacó fue un cuadrado carbonizado.

- Yo no pienso comerme eso - lo señaló sentado en la silla de la isla.

- Ahora te hago otra.

No estaba centrado en lo que hacía. Solo podía pensar en su jefe y la cercanía de sus rostros la noche anterior. Como casi sus labios se rozan, como su respiración chocaba contra él.

Se dio una bofetada. Debía olvidar esas imágenes si deseaba el bienestar de su corazón.

- ¿Estás bien? - el niño estaba sorprendido por el acto de su niñero.

- Eh, sí - se forzó a sonreír.

Volvió a cortar una rebanada de la barra y la metió en el tostador. Ahora se aseguraría de no quemarla, Ling tenía que comer algo antes de ir al colegio.

- Jin Ling, ¿dónde está el perro? - hablaron desde las escaleras.

Yibo se paralizó. ¡¿Ya estaba despierto?! Con la borrachera que llevaba su jefe, creía que no se levantaría hasta más tarde. Por lo menos el tiempo suficiente para que se fuera.

- Está controlado. Puedes venir, tito - el niño tenía al cachorro en su regazo acariciándolo con su manita.

- Buenos días - dijo nada más entrar en la cocina. Yibo no se volvió, se quedó mirando el pan tostándose. - Wang, la tostada se quema - ¿otra vez?

Se había puesto tan nervioso que no vio que el tostador estaba a tope de potencia. Otra vez la rebanada salió negra como el carbón frustrando al joven.

- Mejor como cereales - Jin Ling se estiró y cogió la caja de copos de azúcar. El tazón de leche ya estaba helado, pero no se quejó. Tenía miedo que su general hiciera otra cosa mal y su tío se enfadara y lo echara.

Xiao Zhan se acercó a la cafetera automática, la cual estaba al lado de su empleado, y colocando un vaso debajo de la boquilla. Apretó el botón de café solo y el líquido fue llenando el recipiente.

Yibo siguió sin moverse. Cerraba sus manos alrededor del paño que descansaba en la encimera. Miraba hacia los azulejos de cuadros negros y blancos de la pared de enfrente. Tenía a su jefe al lado. El jefe que por poco lo besó y admitió que estaba dispuesto a salir con él.

- Wang... - su voz un poco ronca terminó por matarlo por dentro - ¿qué... qué hice anoche?

Zhan no se acordaba casi de nada. Solo sabía que peleó con su empleado por algo relativo a la botella de licor que llevaba, pero hasta ahí podía leer.

En cambio, Yibo no se creía lo que escuchaba. ¡¿No se acordaba?! ¡¿Cómo no se iba a acordar?! ¡Casi lo besó y no lo sabía!

- ¿Wang? - estaba impaciente por su respuesta.

- Nada. No hizo nada - no estaba contento. Por un lado le aliviaba que no supiera lo que pasó, así el ambiente no sería tenso, pero por otro quería hablar sobre lo acontecido con él. ¿Si no se acordaba era... qué no lo había dicho enserio? ¿Qué no era él quien hizo lo que hizo?

Con molestia dejó su taza en el fregadero bajo la atenta mirada de Zhan y Ling. Ambos lo encontraban muy raro esa mañana.

- Jin Ling, ve arriba a por tu mochila. Te llevaré a la escuela hoy, me pilla de camino a la empresa.

𝕄𝕚 𝕡𝕖𝕢𝕦𝕖𝕟̃𝕠 𝕔𝕒𝕔𝕙𝕠𝕣𝕣𝕠 (ℤ𝕙𝕒𝕟𝕪𝕚) (Terminada)Where stories live. Discover now