28.

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Un fuerte ruido hizo que se despertara de golpe. La luz que entraba por las ventanas y los grandes huecos de la pared lo deslumbraron. Su sentido de la vista estaba muy sensible y un leve zumbido lo ensordecía tras el gran sonido que provino de algún lugar lejano.

Se encontraba tumbado en el frío suelo de una habitación en ruinas. El techo estaba roto y parte de él había caído provocando daños en la sala. Dos puertas eran la única salida de ese sitio, el cual estaba vacío salvo por una silla en un rincón.

- ¿Dónde estoy?

Se aseguró que no hubiera nadie con él mirando a su alrededor con prudencia. Se sentía debilitado debido al efecto de esa droga pero pudo ponerse de pie. Caminó tambaleándose a la puerta de su izquierda la cual era la más cercana. Probó a empujarla y tirar de ella pero parecía atrancada, no se movió nada, ni un centímetro.

Se iba a dar la vuelta para ir a la otra pero esta se abrió con un chirrido molesto. A la sala entró ese hombre con traje negro y una pistola en la mano.

- ¿Te despertaste? Venía a hacerlo yo - sonrío con maldad.

- Déjame en paz.

- Recuerda quien tiene el arma, Yibo. No quiero tanta hostilidad de tu parte.

- Vete a la mierda, lunático.

- Lunático - se rió. - Mira, no vas mal encaminado - se acercó a Yibo con superioridad.

- Necesitas un psiquiatra - caminó hacia atrás a medida que el contrario avanzaba.

- Y si tú no te callas pronto necesitarás un médico - lo amenazó.

Yibo observó las manos de su captor, las cuales sostenía el arma, y el resto de su vestimenta. Ideó un plan tras mirarlo bien, solo esperaba que no le hiciera nada en el intento.

Con un movimiento rápido intentó quitarle la pistola y forcejeó con él. Entre la fuerza de los dos, apretaron el gatillo y la bala salió disparada hacia el aire. Shaoran aprovechó el segundo que Yibo se sorprendió para darle un puñetazo y que soltara el arma.

- ¡Serás estúpido! ¡¿Quieres morir?! - le puso la boquilla en la frente. - Si no fuera por que te necesito vivo ya estarías muerto.

Lo empujó haciendo que cayera al suelo y le dio una patada en el estómago. Agarró la silla y lo sentó en ella con brusquedad, luego lo amarró con una cuerda.

- Así no harás más estupideces. ¿Qué pensaste? ¿Qué podrías utilizar esto para escapar de aquí?

Yibo escondió una sonrisa. Había logrado su objetivo sin que se diera cuenta.

Cuando se abalanzó a por él no quería arrebatarle la pistola, no le habría servido de nada aunque la hubiese conseguido. Lo que de verdad deseaba era su móvil.

Mirándolo, descubrió en el bolsillo delantero de su pantalón el teléfono. Durante el forcejeo se lo quitó y se lo guardó para que no lo encontrara.

- No hablas. Ja. Seguro que te debes sentir decepcionado ahora mismo - se dio la vuelta para andar por la habitación.

El joven sacó el dispositivo, entró en teléfono, al cual se podía acceder sin necesidad de poner el patrón, y marcó el número de Zhan. Después lo escondió detrás de su espalda.

- Eres igual de tonto que tu padre - se volvió. - ¿Qué estará haciendo el señor Wang ahora? ¿Se habrá despertado ya del golpe o seguirá dormido como la bella durmiente?

- Cállate.

                             
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𝕄𝕚 𝕡𝕖𝕢𝕦𝕖𝕟̃𝕠 𝕔𝕒𝕔𝕙𝕠𝕣𝕣𝕠 (ℤ𝕙𝕒𝕟𝕪𝕚) (Terminada)Where stories live. Discover now