30.

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- Tenemos que llevarlo a un hospital - colocó su mano en su hombro.

- ¡Dejadme! - se deshizo del roce con un movimiento brusco.

El joven no podía pensar en nada, solo miraba el rostro de Zhan intentando recordar hasta la más leve características de su fisiología. Sus ojos no paraban de llorar mientras un vacío enorme lo comía por dentro.

Antes A-Ling y ahora Zhan... las dos personas más importante para él se habían ido y no pudo hacer nada por evitarlo. No pudo despedirse de ninguno de la forma en la que le hubiera gustado, es más, él esperaba nunca tener que despedirse de ellos.

- Señor... sueltelo.

Las palabras del médico estaban muy distantes, en su mente solo sonaba la risa del niño y la voz de su pareja. Quería ir con ellos... ¿qué más le quedaba si ya no los volvería a ver?

- ¡Soy Wen Shaoran! - gritaba el hombre revolviéndose para que no les pusieran las esposas. - ¡Mi familia es dueña de la mayor empresa de toda China, no podéis hacer esto!

- Señor, nadie le va a salvar esta vez - el policía apretó el metal en una de sus muñecas. - El señor Wang habló con su padre, este ha roto todas las relaciones con usted. Irá a la cárcel por cadena perpetua por todos sus delitos.

- No. ¡No! ¡Todo es por tu culpa! ¡Por tu culpa! - le gritó a Yibo quien no se enteraba de nada de lo que pasaba a su alrededor.

Con las fuerzas que le quedaban, Shaoran le dio un fuerte codazo en la cabeza al agente que tenía detrás dejándolo mareado en el suelo y le quitó la pistola.

- ¡Voy a matarte, maldito! - apuntó hacia el muchacho. - ¡Voy a matarte!

- Baje el arma - dijo pausadamente.

El resto del cuerpo de policía se puso frente a Yibo protegiéndolo de su agresor. En mientras los sanitarios consiguieron separar al joven del cuerpo de Zhan y se llevaron a este último en una camilla.

- Vuelvo a repetirle, baje el arma.

- No pienso ir a la cárcel y si voy... antes le mato.

Yibo veía borroso debido a las lágrimas y todo le daba vueltas. Notaba que alguien lo sostenía ya que apenas podía mantenerse en pie y lo alejaba de a saber qué.

- Tire la pistola al suelo es el último aviso - ordenó el comandante.

- Nos vemos en el infierno, Wang Yibo.

Shaoran estaba a punto de apretar el gatillo cuando el policía mandó disparar y abatieron al hombre. Este cayó de espaldas escupiendo sangre y soltó la pistola la cual se deslizó por el suelo unos metros más lejos de él.

- Vo...y... a ... ma... - balbuceaba mientras se arrastraba a por el arma.

No llegó mucho más allá ya que su cuerpo tembló y luego perdió su fuerza muriendo al instante.

Su sangre manchaba el hormigón y sus ojos seguían abiertos como si estuviera despierto, pero sin el brillo característico de la vida.

Ante el escándalo de los disparos, Yibo pudo centrarse en donde estaba. Un hombre le animaba a andar mientras bajaban las plantas y delante de él vio a Zhan siendo llevado en una camilla.

Se separó de su acompañante con un empujón y corrió hacia su pareja.

- Zhan... ¡Zhan! - tomó su mano.

- Debemos darnos prisa su pulso está bajando - dijo un médico tomándole las pulsaciones al mayor mientras el otro le taponaba una herida.

- ¿E... él...?

𝕄𝕚 𝕡𝕖𝕢𝕦𝕖𝕟̃𝕠 𝕔𝕒𝕔𝕙𝕠𝕣𝕣𝕠 (ℤ𝕙𝕒𝕟𝕪𝕚) (Terminada)Where stories live. Discover now