Capítulo 17.

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Capítulo 17. Ayelen Nott y su estúpida intuición.

Ella misma se había metido en ese estúpido embrollo, ahora debía aceptarlo. Se miraba con rabia al espejo mientras Iris le acomodaba el vestido. Era rojo, rojo puta, se repetía en la cabeza y una Dominique flotante aparecía mirándola ofendida. Se le escapó una sonrisa burlona mientras tocaba su cabello para no tenerlo sobre su hombro.

—No lo toques —Le regañó Iris volviendo el mechón a su lugar—. Ahí está perfecto.

—No quiero estar perfecta para él —Dijo en voz baja, borrando su sonrisa.

—Si quieres que el plan funcione…—Ajustó aún más la cintura y se le escapó el aire por los labios a Mar—. Debes hacerlo todo exactamente bien.

—Y sin aire —Jadeo tocando el abdomen—. ¿Quién diablos usa estos corceles de pacotilla en esta época? Más bien… ¿Quién usa vestidos así ahora?

Lo miró detenidamente con una mueca, ¡Era como un torpe pastel! Escote corazón, le estaba rompiendo las costillas para una cintura fina, y abajo era como un vestido de novia.

Una novia puta. Volvió a pensar, aún en desagrado con el rojo.

—¿Quieres que cambie el vestido? —Inquiere Iris recargando su mentón en el hombro de ella.

—¿Puedes? ¿Acaso no era Afrodita la diosa de la moda?

Ríe mientras sigue tocando los rizos negros en su espalda.

—Soy una diosa, lo dioses hacen lo que sea que se les ocurra.

—Espero que sea un buen vestido entonces —Murmura cerrando los ojos—. Hazlo.

Sintió un calor envolverle y varios colores que se notaban a través de los párpados. Finalmente las manos de Iris se posaron en sus hombros y pudo saberlo, estaba sonriendo.

—¡Qué bella! Mira.

Abrió los ojos con algo de miedo. Pero quedo maravillada.

—Oh si, Afrodita tenía razón, el negro te va encantadoramente bien.

—Ella y sus malditas ideas acertadas —Balbucea y luego frunce el ceño—. Tan bonito el vestido, lástima que sea para… ellos.

Iris palmea su espalda y se hace a un lado.

—Ya se… Si quieres te devuelvo el vestido de novia puta.

— ¡No! Amo este, gracias.

La diosa sonrió—. Entonces todo bien.

Asiente y respira hondo. Se relame los labios, luego voltea a la puerta y se dirige hacia ella.

—Por favor no me dejes sola con ellos —Ruega antes de aferrarse a su brazo.

(…)

Fue a paso firme hasta el gran salón del barco, aunque por dentro quería vomitar lo poco que se había comido y salir corriendo.

Pero el frío collar que rodeaba su cuello le recordaba que no podía. La mano sujetando su cintura igual, Iris le murmuraba cosas como Camina derecha. Hombros atrás. Barbilla en alto. Astoria solía hacer lo mismo, siempre. Por ello, en vez de oír la voz de Iris, oía la de su madre.

—No digas nada fuera de lugar —Advirtió antes de que Cronos se les acercara.

—Mi querida Meredith —Tomó sus manos y las besó sin dejar de mirarla—. Estás hermosa.

—Gracias —Sonrió con ironía, pero Iris le pinchó la cintura, por lo tanto cambió la expresión—. También te ves… bien.

—¿Me acompañas?

Más que una semidiosa y bruja (S&B3)Where stories live. Discover now