Escenas extras.

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Escena extra. Para el que guste de Apolo y Andrómeda. Y va dedicado a ustedes.

Ah, no olviden que soy cruel.

Hermes había dicho "Un dios quiere verte, está por allá" pero jamás le dijo quién era...

Andy supuso que sería su padre, quien suele ir a verla cada pocas semanas, a veces días si se puede. Ya que ella estaba un poco lejos del palacio de él, en las aguas más profundas, custodiando que haya paz por allí.

Pero no era Poseidón. Ni Hefesto, ni Ares o Afrodita.

Era Apolo. Era el jodido dios que rompió su corazón.

-Hola -le dijo sonriendo un poco, sus ojos dorados brillaban de una forma sorprendente.

A Andy, que el corazón le latía a mil por hora, se le enrojeció el rostro con furia.

-Seis años -gruñe y su cola rasga el agua, que tras ella se levanta haciendo una pequeña ola-. Pasaron seis años en los que no nos vimos y al venir dices hola.

Apolo tenía una expresión de pena y maravillado, apenado por lo que ella le espetaba, maravillado por lo hermosa que era.

- Por supuesto que nos vimos -dice con la voz aterciopelada -. Todos los días desde el amanecer hasta el anochecer.

Ella entrecerró los ojos y ladeó la cabeza.

Apolo suspira antes de hablar.

-Lo que sucede en este lugar, que de pronto pasó de tener cuatro estaciones a sólo tener verano o primavera, no es por el calentamiento global del que los mortales hablan tan asustados... -se acercó a ella, Andy mantuvo su rostro indiferente con mucha dificultad-. El sol se posa todos los días en lo alto de las nubes -las señala y mueve su vista a ellas, la chica no aparta la vista del rostro del dios-, desde hace seis años... Porque quiere verte.

Su corazón da un salto y traga saliva cuando la mirada profunda de Apolo se fija en ella otra vez.

-Te busca, sólo a ti.

No sabía si llorar o reír histérica, sus ojos estaban húmedos y sus labios temblaban rogando soltar una sonrisa.

No se valía... ¿Por qué él debía hacerle eso? ¿Por qué ser tan adorable ahora? Tal vez... Era lo mismo.

Cuando sus ojos volvieron a conectarse a su cerebro se percató de que Apolo estaba a pocos centímetros de su rostro.

Respiró hondo, temblando, y dijo.

- El sol puede estar ahí por mil años más, Apolo -trago saliva otra vez, suspira y él siente su aliento fresco-. Puede acercarse cada vez más, hasta sólo quedar a dos centímetros de mí... Y yo no terminaría esos dos centímetros, yo no volvería a quemarme como una idiota, no otra vez. Ni por más que quisiera.

Volvió a lanzarse al agua dando por terminado el encuentro.

Apolo observó a Andrómeda nada lejos, lejos de la luz, lejos de él.

Respiró hondo y de forma entrecortada, puso una mano en su mejilla y notó que estaba húmeda. Observó el líquido en sus dedos.

La amaba, en verdad, pero fue lo suficientemente idiota como para romperle el corazón en el pasado, y si él tenía uno, ella se lo rompió en ese momento.

-A mano -soltó y se levantó limpiándose las lágrimas.

Escena extra, para aquel que quiera saber de Albus.
Y no olviden que soy una melosa hija de Afrodita.

Más que una semidiosa y bruja (S&B3)Where stories live. Discover now